Desde hace un tiempo se recomienda poner a los bebés a dormir boca arriba porque se vio que esta postura previene la muerte súbita del lactante, pero por el día conviene ponerles un rato boca abajo para que se fortalezcan los  brazos y el cuello.

Boca arriba para dormir

Hace tiempo se acostaba a los niños boca abajo porque se pensaba que así echaban mejor los gases y si vomitaban había menos riesgo de que se asfixiasen, pero en diferentes estudios se vio que esta postura aumentaba el riesgo de asfixia porque boca abajo el bebé tenía menos espacio para respirar y se empezó a recomendar que los bebés duerman boca arriba para prevenir la muerte súbita. Por la misma razón se desaconseja usar un colchón firme que no se hunda poner nada dentro de la cuna, tomar precauciones si se comparte cama con el bebé  y no abrigar en exceso al bebé.

Aunque las noches sean muy frías, no conviene arroparle en exceso ni usar mantas que limiten su movilidad. Si se destapa mucho, es mejor ponerle un pijama manta con pies o un saquito de dormir especial para bebés. Así no puede taparse la cara con la manta, ni se limitan sus movimientos.

Un rato boca abajo por el día

Desde que los bebés pasan tanto tiempo boca arriba se ha observado un aumento importante en los casos de plagiocefalia (deformación del cráneo, incluso a veces de un lado de la cabeza, por una compresión constante sobre la misma zona de la cabeza). La cabecita del bebé es todavía muy blanda y como las fontanelas están abiertas durante un tiempo, pasar mucho rato en la misma postura puede hacer que se aplane por el lado que recibe más presión.

Por eso, los médicos recomiendan ir variando un poco la posición del bebé girándole ligeramente a la izquierda y la derecha, cuando esté tumbadito y durante el día ponerte un rato boca abajo, para estimularle, pues esta postura le obliga a hacer un esfuerzo para sujetar la cabecita y le ayuda a fortalecer cuello y brazos.

Es mejor hacer este ratito de ejercicio antes de la toma para que el bebé no tenga la tripa llena porque de lo contrario podría vomitar, pues la postura obliga al bebé a realizar un esfuerzo para sostener la cabecita,

Al estar boca abajo, tumbado sobre su tripita, el bebé  desarrolla fuerza, resistencia y coordinación muscular, que luego les vendrá muy bien para girarse y más adelante gatear.

Al principio, hasta consiga sujetar bien la cabeza, es posible que el bebé proteste, por lo que hay que dejarle en esta postura muy poco tiempo. Y siempre que se le coloque así hay que quedarse junto a él, vigilándole para que evitar que se haga daño o lo pase mal.

En cuanto el bebé sujete la cabeza sin ayuda (hacia los tres meses) conviene dejarle un rato a diario tumbado sobre su tripita.

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1 Comentario

  1. Una Chica del montón

    No soy madre pero esta bien saber este tipo de cosas para cuando es ocurra ¡Buen post! 🙂

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