Planchar es una de las tareas de la casa que menos suele gustar, a mí por lo menos. Yo intento reducirla al máximo estirando muy bien las camisetas de mis hijos cuando las tiendo y al doblarlas después, pero hay prendas, como las camisas diarias para el trabajo o los vestidos veraniegos que no se salvan del planchado casi diario. Por ello, si hay algo que tengo claro desde hace tiempo es que cuando hay niños en casa, más aún si la familia es numerosa, como en mi caso, es fundamental contar con una buena plancha profesional, que acorte el tiempo de planchado.

Recientemente, me ha tocado renovar la plancha nueva. Antes de hacerlo me informé bien de las características que conviene valorar (tipo de suela, potencia, peso, etc) para poder así comparar las prestaciones diferentes planchas profesionales. Por si os interesa ampliar información, encontré datos interesante en este este blog, que ofrece información sobre los diferentes tipos de centros de planchado y planchas profesionales y compara numerosos modelos de precios muy variados.

Os cuento todo lo que aprendí de planchas durante mi búsqueda.

Qué tener en cuenta comprar una plancha profesional

  1. El uso que se va a dar a la plancha

Antes de optar por una marca o modelo conviene pensar en el uso que le vamos a dar, pues no es lo mismo planchar de forma esporádica que planchar grandes cantidades de ropa. Si se va a planchar mucho, yo pienso que vale la pena gastarse un poco más en un centro de planchado profesional con un caudal de vapor constante que logra un planchado más rápido.

  1. El tipo de suela

Las suelas de las planchas pueden ser de aluminio, acero inoxidable o cerámica.

  • El aluminio es el material más barato y ligero pero también el más frágil, porque se ralla fácilmente. Para evitarlo se recubre de teflón.
  • La cerámica se está utilizando cada vez más porque se desliza muy bien y no se pega a la ropa.
  • El acero inoxidable pesa más, pero es resistente y duradero y se desplaza y limpia bien.
  1. La seguridad y el apagado

Por seguridad, es interesante que el modelo tenga un sistema de apagado automático, que además al ahorrar recursos y energía, puede aumentar la vida útil de la plancha profesional.

  1. El cable

Si la plancha lleva cable, conviene comprobar que es lo suficientemente largo (mínimo 2,5 metros) para poder mover con comodidad la plancha, sobre todo para planchar telas grandes, como las fundas nórdicas o las cortinas. Algunos modelos incluso tienen mecanismos de rotación para evitar que el cable se enredes con los movimientos.

  1. El peso y facilidad de uso de la plancha

También conviene fijarse en el peso de la plancha, porque un peso elevado puede ralentizar los movimientos al planchar. Lo ideal es que no pese más de kilo y medio.

No obstante, las planchas de los centros de planchado pesan bastante menos que las planchas tradicionales porque que no tienen incorporado el depósito de agua en su interior.

  1. La capacidad del depósito de agua

Si es grande no habrá que estar rellenando, pero la plancha pesará más.

  1. La potencia y el consumo eléctrico

Cuanta más potencia, mayor es el chorro de vapor y mejor (y más rápido) el planchado. En principio una mayor potencia implicaría un mayor consumo eléctrico, pero al reducir el tiempo de planchado plancha también se reduce el el consumo.

  1. La salida de vapor

Es importante que las plancha tenga una buena salida de vapor para humedecer los tejidos y facilitar el planchado. En los centros de planchado la salida de vapor es continua.

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