Tripa, cartucheras, muslos, papada… Cada persona, dependiendo de su constitución, tiende a acumular la grasa en unas zonas concretas del cuerpo, zonas que no siempre desaparecen con las dietas y ejercicios.  Estos cúmulos de grasa localizada se pueden se pueden eliminar con la técnica Coolsculpting, un procedimiento que destruye la grasa sin necesidad de cirugía ni reposo posterior.

Frío para eliminar la grasa localizada

La técnica CoolSculpting es una tecnología de criolipolisis («muerte de las células grasas a través del frío») que se basa en la aplicación frío controlado en la zona en la que hay grasa.

Con la crilipolisis, la acción del frío cristaliza las células grasas (adipocitos) que hay debajo de la piel, sin afectar a esta. Los adipocitos se desintegran y después se eliminan por el sistema linfático de forma natural en las semanas o meses que siguen al tratamiento. Los resultados  empiezan a notarse entre uno y tres meses después de aplicar la técnica.

El procedimiento está autorizado por la Administración de Medicamentos y Alimentos de los EE.UU. (FDA) y se recomienda para personas de 25 a 45 años que tienen depósitos de grasa localizados y quieren mejorar su figura, pero no es una técnica adecuada para adelgazar o perder peso.

Cómo se realiza el CoolSculpting

Para realizar la técnica, se coloca un aplicador y una almohadilla de gel en la zona del cuerpo a tratar. El aplicador succiona el tejido graso y a continuación aplica el enfriamiento controlado en las células grasas.

La técnica se puede utilizar para eliminar la grasa localizada en:

  • Abdomen
  • Muslos
  • Flancos (costados)
  • Alrededor del pecho
  • Debajo del mentón(papada)
  • Debajo de los glúteos

El número de sesiones que hacen falta depende de la cantidad de grasa que se quiera eliminar.

Ventajas del CoolSculpting

  • No requiere cirugía
  • No precisa reposo posterior
  • No se utilizan agujas

CoolSculpting en el posparto

Durante el embarazo, el cuerpo acumula más grasa de lo habitual (la grasa es necesaria para que el embarazo y la lactancia transcurran sin problemas). Por ello, aunque los kilos que se ganan en el embarazo suelen ir a parar a la parte baja del abdomen, también pueden dejar cúmulos de grasa en las caderas, los muslos e incluso en la espalda.

Una vez que ha pasado la cuarentena, se puede empezar a hacer ejercicio suave (con cuidado de no forzar el suelo pélvico). Sin embargo, se desaconseja hacer dieta mientras el bebé se alimente únicamente de leche materna, ya que la lactancia supone un esfuerzo para el organismo de la madre y además, dar el pecho ayuda a perder peso, ya  que para producir la leche materna el cuerpo utiliza las reservas de grasa almacenadas en el embarazo.

No obstante, si la lactancia se prolonga (hoy en día, la mayoría de las mujeres dan el pecho más allá de los seis meses) y sigue habiendo depósitos de grasa localizados, se puede utilizar el CoolSculpting.

En la web científica e-lactancia (asesorada por médicos expertos en lactancia) se indica que la criolipolisis (que es el procedimiento que utiliza el CoolSculpting) es compatible, que tiene un mínimo riesgo para la lactancia y el lactante, ya que no altera el metabolismo corporal, tiene un bajo porcentaje de efectos secundarios y es más segura que la liposucción.

Ahora bien, también se indica que durante la lactancia no debe aplicarse sobre el pecho.

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