De un tiempo a esta parte, se han puesto de moda los fármacos para adelgazar a base de “semaglutida”, un principio activo que se utiliza para tratar la diabetes tipo 2. Pueden ser una ayuda, siempre que se tomen con supervisión médica, pero no la solución definitiva. Los expertos explican cómo funcionan.

Cómo funcionan los fármacos para adelgazar

La semaglutida es un medicamento que activa los mismos receptores que el GLP-1 natural, una hormona que se libera en el intestino después de comer y que ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre y a reducir peso porque:

  • Aumenta la secreción de insulina (cuando hay glucosa en sangre).
  • Disminuye la liberación de glucagón (una hormona que eleva la glucosa)
  • Actúa sobre el hipotálamo para reducir el apetito.
  • Retrasa el vaciamiento del estómago, lo que prolonga la sensación de saciedad (la persona se siente llena durante más tiempo).

Ahora bien, según explica el doctor César Ramírez, jefe del Servicio de Cirugía General y de la Unidad de Obesidad del Hospital Quirónsalud Málaga, aunque los fármacos a base de semaglutida son excelentes, no son el milagro para la obesidad ni el tratamiento definitivo, sino un tratamiento complementario porque “si el paciente deja de tomarlo, la reganancia de peso está asegurada”.

Y lo más importante, los fármacos se tienen que tomar siempre con el control médico de un endocrinólogo porque tienen unos efectos sobre el páncreas y el tiroides, que hay que controlar con un seguimiento nutricional adecuado para evitar los efectos secundarios asociados a una mala nutrición, como pérdida de masa muscular, agotamiento o problemas digestivos.

En palabras del experto “los nuevos fármacos han venido para ayudar, pero hay que saberlos emplear de forma correcta, como tratamientos complementarios”.

En niveles altos de obesidad, mejor la cirugía bariátrica

Según explica el doctor César Ramírez en los pacientes con niveles altos de obesidad (obesidad tipo 3 ó 4) es mejor recurrir a una  técnica hipoabsortiva (modificar el intestino delgado para disminuir la absorción de nutrientes) .

En estos casos se pueden usar los fármacos para perder peso para que el paciente adelgace un poco antes de someterse a la cirugía con más seguridad o incluso, también después de haberse operado para controlar la reganancia de peso.

Hoy por hoy, según los expertos, la cirugía bariátrica es el tratamiento más efectivo para mantener la pérdida de peso a largo plazo siempre que el paciente siga el enfoque integral de tratamiento que incluye cambios en la alimentación y el ejercicio.

La cirugía bariátrica puede ser

  • Restrictiva (reducir el tamaño del estómago, de forma que la persona come menos y se siente llena antes)
  • Hipoabsortiva (modificar el intestino delgado)
  • Mixta.

Los cirujanos bariátricos han conseguido que las técnicas bariátricas se realicen con mucha seguridad.

El paciente se levanta el mismo día de la cirugía, puede tomar líquidos la misma tarde-noche que se opera y se puede ir a casa a los dos días con un seguimiento del cirujano y al mes empieza a tomar alimentos de forma progresiva.

El riesgo de las reducciones de estómago en el extranjero

El especialista de Quirón alerta del riesgo que supone irse a países como Turquía a operarse de cirugía bariátrica

  • Por un lado, no existe un seguimiento posterior adecuado en el que se controle la dieta y el ejercicio físico y demás hábitos saludables: “el paciente se vuelve a España sin control por parte del cirujano el endocrinólogo y el nutricionista”.
  • Por otro, para abaratar el coste, se hace la misma cirugía a todos los pacientes: una reducción de estómago y una gastrectomía vertical. En palabras del especialista “esto no es correcto porque la gastrectomía vertical no se debe hacer en pacientes con enfermedad por reflujo gastroesofágico (pirosis o ardores) o en pacientes diabéticos y en estos casos, hay que plantear otras técnicas, como el bypass gástrico”.

El experto matiza que “no solo hay que tratar al paciente para perder peso, hay que tratar las enfermedades asociadas, adaptar el tratamiento al paciente y ofrecerle las alternativas que hay, teniendo claro que la obesidad que es una enfermedad multifactorial.

El ejercicio es clave para perder peso

La mayoría de los pacientes con obesidad tienen una vida sedentaria o semi sedentaria y esto es algo que hay que cambiar.

Cuando una persona sufre obesidad suele tener un desequilibrio entre la grasa y la proteína, esto es mucha grasa y poca proteína. Cuando un paciente pierde peso (tras operarse o tratarse con fármaco) pierde grasa pero también proteínas, lo que provoca una desnutrición proteico-calórica. El deporte ayuda a que suba la proteína y baje la grasa.

El equipo de Obesidad de Quirónsalud Málaga aconseja practicar deporte de fuerza un par de veces en semana de forma progresiva para mantener activos los músculos y su actividad proteica de ese

En España cerca del 40% de la población adulta padece sobrepeso y alrededor del 17% sufre de obesidad y la tendencia al alza impactando de manera preocupante a los niños y adolescentes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1975 la prevalencia de obesidad infantil se ha multiplicado por más de diez

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