Recuerdo que cuando comuniqué que mi tercer hijo iba a ser niña, una amiga que tenía una niña me dijo: “Qué bien!, dentro de unos años, saldremos juntas de tiendas con nuestras hijas…”. Ni ella ni yo sabíamos, entonces, lo que esto podía suponer ir de compras con un adolescente.

Ideas para evitar los conflictos al comprar ropa a un adolescente

Ir de compras con una niña suele ser un planazo, pero la cosa puede cambiar bastante a partir de la pubertad, cuando empiezan a aparecer los complejos (“estoy horrible, nada me queda bien…”) y los gustos de los preadolescentes, influenciados por las modas y las opiniones de las amigas, empiezan a definirse y a alejarse notablemente de los de sus padres.

Durante unos años, hasta que tus hijas o tus hijos (que hoy los chicos también se dejan llevar mucho por las modas) empiecen a ir de compras con sus amigos, hay que armarse de paciencia y tener mucha mano izquierda.

Aquí tienes algunas ideas que ayudarán a evitar conflictos cuando vayas a comprar ropa a un adolescente:

1. Elaborar una lista de las tiendas con ropa para adolescentes y empezar por las que tengan más variedad. Si empiezas el tour en una buena tienda es más fácil que tus hijos encuentren ropa de su agrado. Si tu hija es muy insegura, una buena idea puede ser proponerle ir de tiendas con una amiga y su madre (que, además, será tu aliada), para que su amiga le ayude a elegir y viceversa.

2. Escoger bien el día para ir de compras con un adolescente, para poder estar tranquilos y dedicar el tiempo necesario. Si tu hija está nerviosa, por ejemplo, porque tiene en breve un examen en breve, se mostrará más negativa a la hora de valorar cómo le queda la ropa. También es importante que tú estés de buen humor para poder manejarla mejor si empieza a protestar o pide prendas muy caras que no estás dispuesta a comprarle.

3. Fijar un presupuesto de antemano para evitar discusiones, comunícaselo y procurar no salirse de él. Es muy probable que cuando lleguéis al centro comercial se “enamore” de unas cuantas cosas que no necesita, pero si sabe que existe un tope de gasto, tendrá que priorizar. Además, así aprende a valorar y administrar el dinero.

4. Respetar sus gustos, y callarte los tuyos:

  • Salvo que te pida opinión, deja que se ella quien elija qué ropa probarse. Los adolescentes están definiendo su personalidad y para ello necesitan diferenciarse de sus padres. Si eliges tú una prenda, es muy posible que muestre rechazo sin ni siquiera comprobar cómo le queda. Y si no te gusta lo que coge, cállate y no le digas nada hasta que se lo veas puesto. Basta que tú digas que algo que te encanta para que ella decida que es horroroso, y al contrario.
  • Cuando se prueba la ropa, mide tus palabras si no te gusta cómo le queda. Por ejemplo, en lugar de decirle “te sienta fatal” puedes comentarle que no parece que sea mucho de su estilo… Y si te parece que una prenda no es apropiada para ella, en lugar de negarte en redondo a comprársela, explícale tus razones (porque es poco práctica, porque piensas que se va a sentir incómoda con ella al ser tan transparente, etc.).
  • Y si lo que no te gusta es “el estilo” de tu hija, piensa que ella no es tú y que está desarrollando su personalidad (y por ello es muy posible también que lo que hoy le encanta le horrorice el año que viene o en unos meses).
    Entre otras cosas, los adolescentes buscan y definen su identidad a través de su forma de vestir. No critiques a tus hijos por su ropa ni les compares. Aunque resulta difícil, porque a las madres nos gusta opinar de todo lo relacionado con nuestros hijos, ha llegado el momento de ceder y dejar que ellos solos aprenda de sus errores si al final, después de todo, la prenda elegida no resulta un acierto.

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