Los incendios forestarles producen emisiones de carbono que pueden provocar daños en la salud a corto y largo plazo. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ofrece algunos consejos para proteger el aparato respiratorio del humo de los incendios.
Los colectivos más vulnerables son los niños, las embarazada, las personas mayores y lógicamente también, los pacientes con enfermedades respiratorias o cardiovasculares.
- Los niños constituyen un grupo de especial riesgo porque su sistema respiratorio es todavía inmaduro y como respiran más aire por kilo de peso que los adultos, inhalan proporcionalmente una mayor cantidad de contaminantes.
- En las embarazadas la exposición al humo se ha asociado con un mayor riesgo de parto prematuro y de que el bebé nazca con bajo peso.
- En las personas mayores, el sistema inmune y respiratorio está más debilitado, lo que dificulta la capacidad de respuesta frente a la agresión de las partículas y gases que hay en el humo.
Los riesgos de inhalar humo en un incendio
El humo de los incendios contiene partículas finas (PM2.5) y gases irritantes como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, además de otras sustancias tóxicas.
La exposición a estas partículas y gases puede tener efectos agudos en los ojos y en el aparato respiratorio, como:
- irritación ocular, nasal y de garganta
- tos o dificultad para respirar
- crisis de asma
- broncoespasmos severos
- incluso infecciones respiratorias o descompensaciones en las personas enfermedad respiratoria crónica
- disminución de la función pulmonar o dolor torácico Incluso en personas sin patologías previas pueden experimentar
Además, se ha comprobado que la en personas vulnerables, la inhalación de humo puede aumentar la mortalidad cardiovascular y respiratoria.
Consejos para proteger los ojos y el aparato respiratorio del humo de los incendios
Para evitar los riesgos que puede tener el humo de un incendio para la salud, la SEPAR aconseja
- Permanecer en interiores con ventanas y puertas cerradas para reducir la exposición
- Si es necesario salir al exterior, usar mascarillas N95 o FFP2, ya que las quirúrgicas no filtran las partículas más finas. Ahora bien, ni siquiera estas mascarillas o garantizan una protección total frente al humo, por lo que es fundamental extremar las precauciones.
- Usar sistemas de filtración de aire, como el aire acondicionado en modo recirculación o purificadores con filtros HEPA
- Mantener una adecuada hidratación para proteger las vías respiratorias
- Evitar la actividad física al aire libre incluso durante los días posteriores a la extinción de los incendios, ya que las partículas en suspensión permanecen en el aire y siguen siendo un riesgo para la salud y el esfuerzo incrementa la inhalación de contaminantes.
Además, si se sufre una enfermedad respiratoria o vascular, desde SEPAR aconsejan
- Evitar los desplazamientos a zonas con humo y, si fuera necesario, acudir a centros de evacuación preparados con sistemas de filtración de aire.
- No suspender la medicación bajo ningún concepto.
- Tener a mano la medicación de rescate, como inhaladores de salbutamol.
- Estar alerta a aLA parición de síntomas como tos, sibilancias o dificultad respiratoria y si aparecen, acudir al médico
- Si es necesario, hacer controles con el medidor de flujo espiratorio máximo.
En palabras del doctor Javier de Miguel, neumólogo experto en neumología ambiental y miembro de SEPAR,: “la prevención es fundamental. Evitar la exposición al humo siempre que sea posible y seguir las medidas de protección puede marcar la diferencia, sobre todo en los colectivos más vulnerables”,
Cómo actuar si aparecen molestias respiratorias tras la exposición al humo de un incendio
Si aparecen molestias respiratorias tras la exposición al humo de un incendio, los expertos de SEPAR dan los siguientes consejos:
- En los casos leves, como tos, irritación ocular o de garganta, hay que alejarse de la zona contaminada, descansar en un ambiente limpio y mantenerse hidratado.
- Cuando los síntomas son moderados (disnea leve, sibilancias o dolor torácico ligero) conviene utilizar la medicación de rescate en caso de tenerla prescrita y acudir lo antes posible a un servicio de salud
- En los casos graves, si aparece dificultad intensa para respirar, opresión torácica, confusión o coloración azulada en labios y piel, es imprescindible acudir de inmediato a un servicio de urgencias o llamar a emergencias.
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