Según un reciente estudio realizado por el Hopital Vall d’Hebron, el síntoma de dolor de cabeza mejoraría la evolución de la Covid.

Para realizar el  estudio, que se ha publicado  en la revista Cephalalgia, se han analizado los síntomas y la evolución de 130 pacientes con COVID-19 que llegaron a Urgencias del hospital Vall d’Hebron durante tres semanas, entre marzo y abril de 2020.

Los 130 pacientes estudiados fueron atendidos por un neurólogo a causa de la necesidad de reorganización de los profesionales para adaptarse al alto número de pacientes durante la crisis de la COVID-19. Según explica la Dra. Patricia Pozo Rosich, jefa del grupo de Cefalea y Dolor Neurológico del VHIR, especialista del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Vall d’Hebron y responsable del Migraine Adaptive Brain Center de Vall d’Hebron: “el hecho de que parte de los pacientes fueran vistos por médicos con diferentes especialidades, ha permitido realizar estudios desde diferentes puntos de vista, que aportan información relacionada con síntomas de la COVID que no solo son respiratorios”,

En casi una cuarta parte de los pacientes de COVID con dolor de cabeza el síntoma apareció antes que otros síntomas de Covid

De estos 130 pacientes, 97 (un 74,6%) sufrían dolor de cabeza, aunque solo un 19,6% tenían una historia clínica de migrañas episódicas previas a la enfermedad. En la mayoría de los pacientes el dolor de cabeza era leve o moderado, pero en una cuarta parte de los pacientes, sobre todo mujeres y personas jóvenes, era más parecido a una migraña.

En un 21,4% de los pacientes con dolor de cabeza persistente, este fue un síntoma prodrómico de la COVID-19, es decir, apareció antes que otros síntomas de la Covid.

La Covid duró menos tiempo en los pacientes con dolor de cabeza

La  conclusión más llamativa del estudio es que en los pacientes que tenían dolor de cabeza al llegar a urgencias la duración clínica de la COVID-19 fue aproximadamente  de una semana menos. En concreto, los síntomas clínicos de  Covid duraron unos 24 días en total en los casos de covid con dolor de cabeza, y unos 31 días en los casos de Covid sin síntoma de dolor de cabeza.

En palabras de la Dra. Pozo Rosich:  “parece claro que la presencia de cefalea es un factor de buen pronóstico de la COVID-19 y podría servir para predecir su evolución”.

Los síntomas de la Covid de pérdida de olfato y gusto se dan más cuando también hay dolor de cabeza

Además, los investigadores también observaron una asociación entre el dolor de cabeza y la pérdida de olfato y gusto, ya que la pérdida de estos sentidos era mucho más común en personas con dolor de cabeza.

El dolor de cabeza  persiste en un 40% de los pacientes

Transcurridas seis semanas desde la llegada a urgencias, se hizo un seguimiento de la evolución de 100 de los pacientes que habían participado en la primera fase del estudio. De las 74 personas que tenían dolor de cabeza cuando ingresaron en urgencias, 28 (un 37,8%) seguían teniendo dolor de cabeza con poca respuesta al tratamiento y en su mayoría, era el único síntoma que quedaba de la COVID-19.

Estos resultados demuestran que el dolor de cabeza puede persistir después de que la COVID-19 se resuevta, incluso en personas sin historia previa de migrañas ni cefaleas recurrentes.

El estudio tiene algunas limitaciones, ya no incluye casos muy graves de la enfermedad (que, no se podían entrevistar) ni muy leves (porque no fueron al hospital). Pero concluye que la cefalea es un síntoma relevante en pacientes con COVID-19 y que hay que estudiar en profundidad su asociación para entender la evolución de la enfermedad y mejorar el tratamiento.

El dolor de cabeza podría deberse a una neuroinflamación local, que podría ser una posible sistema de defensa contra el virus

Con el objetivo de entender la asociación entre la COVID-19 y el dolor de cabeza, los investigadores del estudio proponen algunas hipótesis sobre cómo la Covid podría producir el dolor de cabeza.

Una de las hipótesis explica que el virus podría imitar la aparición de la migraña, en la que se genera una fuerte inflamación del sistema trigeminovascular, que provoca el dolor. “Esta inflamación local cercana a las fosas nasales serviría como sistema inicial de defensa contra el virus, que en las personas con dolor de cabeza sería más fuerte”, explica la Dra. Pozo Rosich. “Si los pacientes tienen una mayor respuesta local, se evitará que el virus produzca una inflamación sistémica grave con liberación de una tormenta de citocinas, que en muchas ocasiones provoca la muerte de los pacientes con COVID-19.”.

De hecho, al estudiar los niveles de IL-6 en los pacientes con dolor de cabeza, se observó que los niveles eran más bajos y que se mantenían estables a lo largo de la enfermedad.

“Esto apunta a que, en los pacientes con dolor de cabeza, la IL-6 se libera en la neuroinflamación local y hace que estas personas no desarrollen tanta inflamación sistémica y, por lo tanto, tengan una mejor evolución de la enfermedad”, añade la Dra. Pozo Rosich.

La hipótesis va en consonancia con la relación con la pérdida de olfato, ya que el virus no solo actuaría en el epitelio olfativo produciendo la pérdida de olfato, sino también en las ramas del nervio trigémino, muy cercano a las fosas nasales por donde entra el virus de la COVID. En este sentido, sería necesario estudiar si la sensibilización del sistema trigeminovascular persiste cuando la infección por SARS-CoV-2 desaparece.

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