La elección del colegio es una de las decisiones más importantes que tienen que tomar los padres con respecto al cuidado y la educación de sus hijos. Hay quien lo tiene decidido desde antes de encargar el bebé, pero lo habitual es enfrentarse a un mar de dudas a medida que se acerca el momento de iniciar la educación infantil el año en el que el niño cumple tres años.
Aunque los padres tienen derecho a elegir cualquier centro público o concertado de su localidad, la libre elección no siempre es posible porque el centro escogido puede recibir más solicitudes que plazas disponibles y hay niños que se quedan fuera. Otra opción es matricular al niño en un colegio privado acorde al modelo de educación y crianza de los padres. En este post, te cuento qué tener en cuenta al elegir un colegio privado de educación infantil.
Las ventajas de la educación privada infantil
• Al optar por un centro de educación privada infantil tienes más garantías de que la educación que va a recibir tu hijo encaje con tus valores y estilo de crianza.
• El número de alumnos por aula es reducido, lo que permite recibir una educación más personalizada y una atención más directa al desarrollo del niño y de su inteligencia social y emocional.
• La mayoría de los colegios privados imparten las clases en inglés (u otro idioma) o en español e inglés para facilitar a los niños el aprendizaje natural de ambas lenguas desde pequeñitos.
• Algunos centros siguen los criterios del Programa de la Escuela Primaria (PEP) del Bachillerato Internacional, un modelo educativo que en su momento permitirá al alumno acceder a las mejores universidades del mundo.
Qué tener en cuenta al elegir un colegio privado de educación infantil
Es imposible encontrar un colegio perfecto. Todos los centros van a tener cosas que te gustarán y otras que quizá te gusten menos, como puede ocurrir con el uso de uniforme, que al final es algo secundario que no va a influir en la educación y el cuidado del niño. Por ello, lo primero que hay que hacer antes de ponerse a buscar un colegio privado de educación infantil es fijar un orden de prioridades para valorar primero lo que más te importa.
Conviene fijarse en:
• Los cuidados y atención que van a recibir los escolares, ya que estamos hablando de niños que es posible que al iniciar el colegio no tengan ni siquiera los tres años cumplidos y no controlen bien los esfínteres.
• El plan de estudios y la metodología del centro: si usa o no libros, trabajo por proyectos, cooperativos, si hay deberes en primaria, etc.
• Tipo de currículo (español o internacional), certificaciones internacionales en su caso y resultados académicos.
• Políticas escolares: control de asistencia del alumno, medidas para impedir y detectar el acoso escolar, uso de dispositivos móviles, etc.
• Servicios de asistencia médica y primeros auxilios.
• Atención a alumnos con necesidades específicas de educación.
• Plan de idiomas.
• Filosofía y valores: si tiene un espíritu liberal o conservador, cómo se imparte la disciplina, si hay educación religiosa y sexual, etc.
• Relación del centro con las familias.
• Horario de clases y opciones para ampliarlo.
• Actividades extraescolares.
• Ubicación, distancia al domicilio o lugar de trabajo de los padres y opciones de transporte escolar.
• Características del servicio de comedor, si tiene cocina propia, alimentos para intolerancias o días en los que el niño no se encuentre bien, etc.
• Uso de uniforme y otros accesorios como tabletas, ordenadores portátil, etc.
• Las cuotas y posibles gastos añadidos.
Además, es fundamental visitar el centro, ya sea en una jornada de puertas abierta o en una visita particular (los centros privados suelen dar esta opción) para ver las instalaciones y resolver todas las dudas que puedan surgir.
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