Durante los primeros meses de vida, hay que cambiar los pañales del bebé muy a menudo para prevenir irritaciones en la zona del pañal, pues la piel se irrita al estar en contacto con la caca y la orina, y en los primeros días de vida aún mucho más (el recién nacido puede llegar a utilizar entre 8 y 12 pañales a diario). Como mínimo, conviene revisar el pañal después de cada toma , cuando el bebé se despierta por la mañana, antes de acostarle y siempre que llora y no sabemos por qué.

Si el bebé pasa mucho tiempo con el pañal sucio, la humedad puede alterar el pH de su piel y provocarle irritaciones.

Conviene habilitar una zona segura y cálida para cambiar el pañal           

Aunque se puede cambiar el pañal sobre cualquier superficie amplia, lo ideal es destinar un espacio de la casa agradable y calentito, para que se familiarice con él. Los muebles con cambiador son muy prácticos ya que tienen protecciones laterales para prevenir caídas y compartimentos para poder tener los accesorios a mano, pero si no tienes espacio para tener uno, lo mejor es colocar un cambiador portátil sobre una mesa alta. Puntualmente, puedes cambiaral bebé sobre la cama, pero no conviene hacerlo de forma habitual porque sufrirá tu espalda.

Antes de cambiar el pañal, hay que asegurarse de tener a mano todo lo que se va a necesitar, porque no se debe dejar solo al bebé sobre el cambiador ni un momento para prevenir accidentes infantiles. Aunque nos parezca muy pequeñito para moverse, podría desplazarse reptando y caerse.

Consejos para prevenir irritaciones en la zona del pañal

1. Limpiar bien la zona del pañal

Como la anatomía de niños y niñas es distinta, la forma de limpiarles el culete es también distinta.

  • En las niñas la limpieza debe hacerse de adelante a atrás, para evitar que entren gérmenes del ano a la vagina.
  • En los niños, la limpieza debe hacerse de arriba abajo, para evitar que entren gérmenes por la uretra) y sin forzar el prepucio.

Es habitual que los bebés hagan pis en cuanto se siente liberados del pañal (y cuidado, que los varones suelen hacer pis hacia arriba). Conviene tener a mano una toalla de rizo para limpiarles, si ocurre.

2. Comprobar que no quedan restos de humedad

Después de limpiar el culete, es importante secarlo bien y comprobar que no queda humedad en los pliegues que se forman en los muslos, ya que la humedad puede provocar irritaciones en la delicada piel del bebé.

Si es posible, conviene dejar al bebé un rato con el culete al aire para que pueda patelear a gusto libre del pañal.

3. Echar crema protectora, si es necesario

Si la piel está irritada, conviene poner crema protectora en los muslos, las nalgas y la parte externa de los genitales. El pediatra te puede indicar cuál es la crema más indicada para la piel de tu bebé.

4. El pañal ni muy apretado, ni muy suelto

Al poner el pañal limpio. hay que comprobar que no le queda muy apretado (debe entrar un dedo), ni muy suelto para evitar que se salga el pis.

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