Según el último Informe Anual del Sistema Nacional de Salud, la tasa de partos inducidos o partos provocados en España ha subido del 17% en 2016 al 27,5% en 2022. Este incremento supone una alarmante subida del 61% en seis años
En el mismo informe se dice que “la inducción al parto no está exenta de riesgos, por lo que su uso debe estar justificado bajo indicación obstétrica”.
Y es que los partos inducidos son más largos y, por lo tanto, más cansados, lo que aumenta la posibilidad de que aparezcan complicaciones durante el parto y de que el parto tenga que terminar en cesárea o parto instrumental (con fórceps o ventosa).
Es cierto que el aumento en la edad de ser madre ha provocado que aumenten los riesgos durante el embarazo y el parto y en consecuencia, la posibilidad de tener que inducir el parto o de que este termine en cesárea. Pero las cifras son un poco alarmantes y ya hace años que la Asociación el Parto es Nuestro denuncia que muchos partos inducidos son innecesarios
Realmente, ¿en qué casos se recomienda inducir el parto?
1. Qué es un parto inducido y cómo se realiza
Antes de enumerar las causas médicas reconocidas que recomiendan inducir el parto es necesario saber qué es un parto inducido y cómo se provoca el parto.
Un parto inducido es aquel en el que se recurre al uso de un fármaco, como la oxitocina u otro procedimiento para desencadenar el trabajo de parto y que este se realice por vía vaginal.
1.2 Cómo se provoca el parto
Los métodos que se usan para provocar el parto dependen del estado en que se encuentren el cuello del útero (cérvix) y la bolsa de aguas y de otras circunstancias de la mujer, como haber parido anteriormente o haber tenido una cesárea
1.2.1 Si el cérvix no está preparado
Si el cérvix no está preparado es necesario madurarlo (acortarlo, ablandarlo, centrarlo y dilatarlo) antes de inducir el parto.
Según informa la Sociedad Española de Ginecología (SEGO) en su protocolo «Medios para Acelerar la Maduración Cervical» para ablandar el cuello del útero se suelen poner prostaglandinas sintéticas (mediante gel u óvulo intravaginal) en el cuello del útero. Lo habitual es que también desencadenen contracciones. Ahora bien, las prostaglandinas sintéticas no se deben usar si la mujer sufre asma bronquial, aumento de la presión intraocular y existen reparos sobre su uso en los embarazos múltiples.
En el mismo protocolo la SEGO indica que los dilatadores cervicales no se deben usar para madurar el cérvix sino estrictamente como dilatadores, aunque se puede estudiar su uso cuando están contraindicadas las prostaglandinas.
1.2.2 Si el cervix está preparado
Si el cérvix está preparado(acortado, dilatado, más blandito…) se suele recurrir a la administración de oxitocina por vía intravenosa para provocar las contracciones del útero. Cuando se pone oxitocina hay que monitorizar a la embarazada para poder observar cómo responden el útero y el feto
Para reforzar el efecto de la medicación, se puede llevar a cabo la rotura artificial de la bolsa de aguas con una lanceta de plástico. Esto acelera las contracciones porque las prostaglandinas endógenas que hay en la membrana de la bolsa pasan a la sangre. Ahora bien, según indica la SEGO en sus protocolos, la rotura artificial de las membranas no está exenta de riesgos, como la infección o el prolapso de cordón.
2. Por qué inducir el parto
Aunque no es lo ideal, veces, es necesario adelantar el nacimiento para proteger la salud de la madre o el bebé porque seguir con el embarazo puede suponer un riesgo para alguno de los dos o los dos.
Ahora bien, hay circunstancias en las que no se puede provocar el parto y es necesario realizar una cesárea, como los embarazos con placenta previa, si el feto está de nalgas, la madre tiene cicatrices uterinas previas o el feto es muy grande.
2.1 En qué casos se aconseja provocar el parto
A continuación, se enumeran algunas situaciones en las que se recomienda inducir el parto. No obstante, el ginecólogo y su equipo médico siempre tienen que valorar qué es mejor para la madre y el feto: si finalizar el embarazo o continuar con él.
La idea es provocar el parto cuando los riesgos de seguir adelante con el embarazo son mayores que los beneficios.
Además, lo ideal es intentar retrasar la inducción del parto a las 37 semanas de edad gestacional, cuando el feto ya se considera a término y el parto ya no sería prematuro,
2.1.1 Cuando se produce una rotura prematura de membranas
Cuando se rompe aguas, lo habitual es que aparezcan contracciones, pero a veces no ocurre así o estas se paran. La bolsa rota aumenta el riesgo de infección en el feto. Para prevenir la infección se ingresa a la embarazada y se le administran antibióticos, pero dependiendo de la situación puede llegar un momento en el que, si la mujer no se pone de parto de forma natural, haya que provocarlo.
2.1.2 Cuando el embarazo dura más de la cuenta (gestación prolongada)
Lo habitual es que el embarazo dure unas cuarenta semanas. Tienes más información en el post Cuándo nacerá, así se calcula la fecha de parto. Si el bebé no nace de forma espontánea, puede llegar un momento en el que la placenta no le nutra adecuadamente y sea necesario recurrir a la inducción para que venga al mundo.
2.1.3 Si existe alguna patología en la madre que ponga en peligro la salud de alguno de los dos
A veces hay enfermedades de la madre, como la hipertensión, la diabetes, alteraciones cardiacas, infecciones o algunos tipos de cáncer que pueden poner en peligro la salud de la embarazada o el feto si el embarazo sigue adelante.
2.1.4 Cuando el feto no crece adecuadamente
A veces el feto deja de crecer dentro del útero a un ritmo normal porque existe algún problema que impiden que le lleguen los nutrientes. Cuando aparece este problema, que se llama Crecimiento intrauterino retardado (CIR) , puede ser necesario finalizar el embarazo
2.1.5 Si el feto sufre una enfermedad que tiene que ser tratada
A veces hay que finalizar el embarazo para poder tratar al feto, por ejemplo, de patologías cardiacas o malformaciones que precisen un tratamiento en un momento determinado
2.1.6 Si aparece meconio en el líquido amniótico
Si el líquido amniótico está oscuro, puede ser una señal de que el bebé ha empezado a echar el meconio (la primera caca del recién nacido). En estos casos es necesario provocar el parto porque expulsar el meconio suele ser un indicio de pérdida de bienestar fetal y además el feto podría aspirarlo.
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