La dermatitis atópica es la alergia cutánea más común en los niños y también una de las más molestas e irritantes, pues produce una inflamación de la piel que provoca descamación, eccema y un picor intenso, y por lo tanto mucha  inquietud en los pequeños.

Según datos de la Asociación de Familiares y Pacientes de Dermatitis Atópica, en España se estima que actualmente la dermatitis atópica afecta a alrededor del 10% de la población.

La dermatitis atópica aparece en brotes, es decir hay etapas en las que el niño no presenta ningún síntoma, o en todo caso sequedad de la piel (xerosis),  y etapas en las que, de repente, aparecen los eccemas y picores intensos, muchas veces sin saber por qué, aunque sí se ha visto que existe una predisposición genética. Los hijos de padres con alergia o asma tienen más riesgo de sufrir dermatitis atópica y en algunos niños, el eccema que aparece  tiene relación con la alergia al polen o los ácaros.

Además, se ha visto que hay factores, como la ansiedad y el estrés, determinadas alergias y factores ambientales,  que pueden ayudar a desencadenar los brotes. Saber cuáles son ayuda a tomar precauciones para prevenirlos.

Síntomas de la dermatitis atópica

Los niños con dermatitis atópica suelen tener la piel muy sensible, aspera, seca y rugosa. Durante los brotes, la piel  presenta descamación, eccema y  picor intenso.

Al principio, de bebé, las lesiones aparecen sobre todo en las mejillas, el mentón, la frente, el cuero cabelludo y la cara externa de los brazos y las piernas

Durante los primeros años de vida, la alergia cutánea es más intensa, conforme el niño crece los brotes se van reduciendo y en la adolescencia suelen desaparecer.

No obstante, siempre debe ser el pediatra el que diagnostique la  existencia de dermatitis atópica y recomiende los tratamientos para prevenir los brotes y aliviarlos.

Consejos para prevenir los brotes de dermatitis atópica

Los siguientes factores  pueden ayudar a desencadenar los brotes de dermatitis atópica. Para evitar que ocurra conviene prevenirlos

1 Las temperaturas extremas y la sequedad o humedad excesiva

Tanto el  frío intenso como el calor excesivo agreden la piel. Y lo mismo ocurre con la sequedad ambiental y el exceso de humedad.

En este caso, para prevenir es fundamental vestir al niño con ropa adecuada a la temperatura y tomar medidas para aliviar el calor o combatir el frío.

En la casa, la temperatura debería rondar los 18-22 grados centígrados y la humedad estar entre el 40 y el 60%.

En invierno la calefacción reseca el ambiente, lo que aumenta el riesgo de lesiones y picores, y puede alterar el sueño nocturno.

Los humidificadores ayudan a regular la humedad, pero pueden favorecer el crecimiento de ácaros y hongos, por lo que hay que mantenerlos muy limpios. Como alternativa, se pueden poner recipientes con agua en los radiadores.

2 La contaminación  atmosférica

La contaminación aumenta  las probabilidades de sufrir asma (muy relacionada con la dermatitis atópica) y agrede la piel. En estos casos, la prevención pasa por evitar salir a la calle salvo que sea necesario en los días de alta contaminación.

­3  Presencia de ácaros

Los ácaros aumentan los riesgos de alergias en general, y por lo tanto de la dermatitis atópica. Para  reducirlos se desaconseja poner en el ambiente donde está el niño telas que puedan acumularlo como, cortinas, alfombras e incluso los peluches.

4 Exposición a productos químicos como el cloro de las piscinas

La piel de los niños atópicos sufre con la exposición al cloro de las piscinas. En general, hay que intentar evitar las piscinas de agua con cloro y siempre, aclarar muy bien la piel con agua después del baño.

5 Polen

Muchos niños con dermatitis atópica tienen también alergia al polen. Por ello, en los días de mayor concentración de polen hay que evitar salir al campo con ellos.

6 Alergia a determinados alimentos, como la leche de vaca o el huevo

En este caso, la prevención pasa por detectar cuanto antes la alergia alimenticia para evitar darle al niño esos alimentos.

Además, se ha visto que la dermatitis atópica va asociada en ocasiones a los catarros alérgicos y el asma. Por ello es fundamental tomar medidas para prevenir los catarross e incluso si fuera necesario, plantearse no llevar al niño a la guardería (es algo que se debe hablar con el médico)

Cuidados y tratamiento de la dermatitis atópica

La piel de los niños con dermatitis atópica es muy seca y se irrita fácilmente.  Por ello, es necesario hidratarla muy bien y evitar la exposición a los factores que pueden provocar la alergia.

  • Además de las medidas descritas, para cuidar la piel atópica es fundamental vestir ropa de tejidos naturales, como el algodón o el hilo y evitar la lana y los tejidos sintéticos y el uso de productos agresivos como la lejía, suavizantes o  detergentes fuertes ­. Hay que aclarar muy bien la ropa, siempre.
  • Entre brotes, se recomienda aplicar como función de barrera cutánea una crema emoliente (con un extra de hidratación, para aportar agua a la piel y recobrar la humedad) al menos dos veces al día, preferiblemente por la mañana y por la noche, después del baño con la piel aún mojada para ayudar a retener la humedad.
  • La ducha o el baño debe ser rápido y con agua templada, y con jabones neutros  o específicos. Los baños largos con agua caliente pueden empeorar los síntomas
  • El niño debe llevar las uñas cortas y muy limpias para evitar que al rascarse se lastime al rascarse o se le infecten las lesiones.

Los brotes de dermatitis atópica se pueden tratar con  cremas con corticoides, que reducen la inflamación y alivian el picor y el eccema, siguiendo las indicaciones del pediatra, pues cada caso es distinto. No obstante, dados los efectos secundarios de los corticoides si se utilizan de forma prolongada, en los últimos años han aparecido cremas especiales para las pieles atópicas sin corticoides.

El pediatra también puede recetar al niño antihistamínicos por vía oral de acción rápida, para tomar puntualmente, o lenta para tomar durante más tiempo. Estos fármacos pueden dar somnolencia, por lo que siempre deben usarse bajo supervisión médica.

Durante  los brotes, en el caso de que sea necesario aplicar otros cremas (por ejemplo un protector solar), se aconseja poner primero la crema de corticoides, esperar a que el cuerpo la absorba y después aplicar la crema solar. 

No confundir la dermatitis atópica con la dermatitis seborreica

No hay que confundir la dermatitis atópica con la dermatitis seborreica.

La dermatitis seborreica también provoca irritación y enrojecimiento, pero no picor, y además produce la aparición de escamas amarillentas en las zonas del cuerpo donde hay glándulas sebáceas, como las axilas, el entrecejo, el espacio que queda detrás de las orejas o el cuero cabelludo (costra láctea) .

Este tipo de dermatitis se trata con cremas hidratantes y dependiendo del caso caso corticoides suave y desaparece poco  a poco . Si no fuera así, es importante volver al pediatra por si pudiera ser de una dermatitis atópica.

Productos que ayudan

 

cetaphil atópicos

Cetaphil acaba de presentar su nueva gama de productos para el cuidado diario especializado de las pieles atópicas, formada por Cetaphil® PRO Itch Control Limpiador Corporal y Cetaphil® PRO Itch Control Loción Hidratante,  preparados para el cuidado completo de limpieza e hidratación de las pieles atópicas, muy secas y sensibles. Ambos productos tienen tecnología Filagrina Patentada, que aporta a las pieles atópicas compuestos para reforzar y proteger la barrera cutánea y mejorar la hidratación natural de la piel.

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