En verano, los niños se pasan las horas en el agua y cambian los juguetes clásicos por los juguetes acuáticos y los juguetes de playa, que, por su versatilidad, también se pueden usar en la piscina o el jardín.

Los juguetes para la playa suponen un gran estímulo para la imaginación de los niños. Con un sencillo molde de arena y unas palas de playa, pueden jugar a ser arquitectos y crear preciosos castillos de arena o esculturas de todo tipo. Este juego tan manual estimula mucho  la psicomotricidad fina, es decir la relación entre los músculos de las manos y los dedos y la vista. La psicomotricidad fina es muy importante en el desarrollo del niño, pues es necesaria, por ejemplo, que el niño sea capaz de vestirse solo y atarse los cordones.

Además, los juguetes de playa promueven la colaboración y el juego en equipo. Una simple cometa reúne rápidamente  a un montón de niños alrededor, entusiasmados con los giros que hace en el aire y los balones de voleibol y las pelotas hinchables actúan como un imán para atraer a otros niños y hacer amigos.

Hoy en día, los juguetes de playa se pueden encontrar en todo tipo de comercios, incluidas las tiendas multi precio (inicialmente llamadas tiendas de todo a cien) y los comercios ambulantes, donde a veces se venden productos que no han pasado los controles necesarios. Por eso, lo ideal es comprar los juguetes de playa en tiendas especializadas en juguetes, ya sean físicas o comercios on-line, para así asegurarse de que los productos cumplen las garantías de seguridad necesarias.

Consejos para elegir juguetes de playa y juguetes acuáticos

  1. Elegir juguetes adecuados a la edad del niño, ya que si están diseñados para una edad mayor podrían ser peligrosos o frustrar al niño si no sabe usarlos. En la etiqueta debe figurar la edad mínima o máxima del niño y si el juguete no es apropiado para niños menores de tres años, la etiqueta debe indicarlo con una frase y/o un pictograma.
  2. Comprobar que en el etiquetado del juguete figura la marca CE, que garantiza que el juguete cumplen las normas de seguridad de la Unión Europea y que ha pasado un control de calidad en el que se han revisado las propiedades físicas y mecánicas y se ha comprobado que no tiene bordes cortantes, materiales inflamables o sustancias químicas que entrañen algún riesgo.
  3. En la etiqueta también debe figurar el peso mínimo y/o máximo para usar el juguete si la seguridad depende de este factor, como ocurre con las tablas de surf y, en su caso, la necesidad de supervisión de un adulto durante el juego, algo que se considera imprescindible con muchos juguetes acuáticos.
  4.  Si el juguete tiene piezas desmontables, conviene asegurarse de que son lo suficientemente grandes para evitar atragantamientos si el niño se las lleva a la boca. No obstante, los juguetes con piezas pequeñas tienen que llevar una advertencia avisando que no son adecuados para niños menores de tres años

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