Este mes, la Comunidad de Madrid ha comenzado a vacunar contra el herpes zóster a los mayores de 65 años (empezando por los que cumplen 65 y 80 años en 2022), después de vacunar a personas inmunodeprimidas, como ya se está haciendo en otras comunidades autónomas.

El herpes zóster está originado por el mismo virus que la varicela: el virus varicela-zóster La varicela es la fase aguda de la infección y el herpes zóster es una reactivación de la fase de latencia del virus

Se estima que, a lo largo de la vida, el riesgo de padecer herpes zóster es del 30% y que el riesgo aumenta hasta el 50% en los mayores de 85 años. En España, más del 90% de las personas adultas han sufrido alguna vez el virus varicela-zóster, por lo que pueden desarrollar herpes zóster.

La varicela aumenta el riesgo de sufrir herpes zoster en los ojos

El virus del herpes zóster es muy peligroso si afecta a los ojos, ya que está considerado primera causa de ceguera corneal. El virus puede aparecer en la zona periocular (piel de los párpados) pero también afectar al ojo y producir alteraciones en diferentes zonas oculares.

Es fundamental acudir al oftalmólogo que en cuanto aparezcan los primeros síntomas, ya que ,según explica el doctor Luis Fernández-Vega Cueto-Felgueroso, oftalmólogo de la Unidad de Córnea y Cristalino del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, “en las personas con un sistema inmune más debilitado las consecuencias del herpes zoster en los ojos pueden ser muy graves, incluso crónicas (puede producir ceguera)».

Además, según explica el experto, el herpes zóster puede afectar a capas de la córnea más profundas que el epitelio, llegando a producir cicatrices (leucomas) y queratitis en la córnea (pequeñas heridas), lo que ocasiona importantes molestias oculares por la inflamación que se produce en el ojo y puede provocar pérdidas importantes de la agudeza visual por afectar a la córnea.

Además, el virus también puede provocar problemas en la conjuntiva, inflamación en la retina (retinitis) e inflamación intraocular (uveítis) que a su vez puede provocar cataratas o glaucoma como efectos secundarios.

Prevención y tratamiento del herpes zóster

En el tratamiento del herpes zoster se suelen utilizar antivirales específicos contra los herpes virus, y otros fármacos para aliviar los síntomas. Además, es fundamental hidratar los ojos con lágrimas artificiales, y seguir una rutina de higiene para evitar el contagio.

La vacuna frente al herpes zoster reduce la probabilidad de contraer el virus un 97% en las personas de entre 50 y 69 años y un 91% en las de más de 70 años. De hecho, la vacunación contra el herpes zóster es clave en inmunodeprimidos, en las personas que se han contagiado del virus  previamente y tienen factores de riesgo y en las personas mayores. En nueve comunidades autónomas se está vacunando ya a personas inmunodeprinidas y en Madrid también a los mayores de 65 años,

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