Después de un intenso debate, en el que se han anunciado medidas contradictorias  el Gobierno ha anunciado que a a partir del 26 de los menores de 14 años podrán salir a la calle a pasear acompañados por un adulto durante una hora diaria.

Inicialmente, se habló de poner el tope a los 12 años, pero, lamentablemente, en ningún momento se ha pensado en las necesidades del resto de menores de edad: los adolescentes de 14 a 17 años, que se han quedado fuera, sin la posibilidad de salir a dar un saludable paseo con alguno de sus padres.

En medio de la polémica que ha precedido la aprobación de la medida que permitirá salir a los menores de 14 años, la mayoría de los padres (casi, me atrevería a decir que todos, ya que hasta ahora no había visto escrito en ninguna ley de las que me he repasado la) nos hemos enterado de que los adolescentes de 14 a 17 años pueden (y resulta que ya podían) salir a hacer recados. Recados que suponen hacer compra, ir a la farmacia, ir a comprar el pan o pasear al perro.

(ACTUALIZACIÓN) La posibilidad de salir a realizar las actividades permitidas durante el Estado de Alarma  se recoge en el apartado III de los preámbulos el Real Decreto 492/2020, de 24 de abril, por el que se prorroga el estado de alarma declarado por el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19  donde se dice que “se ha entendido razonable establecer ese umbral de edad (hasta 14 años), en cuanto que “a partir de los 14 años, el grado de autonomía del menor le permite prescindir del acompañamiento de un adulto en esos desplazamientos (refiriéndose a las actividades permitidas durante el Estado de Alarma).

Los adolescentes de 14 a 17 solos pueden salir a hacer recados

Salvo los afortunados que tienen perro y pueden dar un paseo de verdad, aunque sea corto, el resto de actividades no parecen precisamente las más adecuadas para un adolescente que lleva seis semanas metido en casa, dedicando gran parte de su tiempo a realizar las hacer tareas escolares  (que en muchos casos superan con creces a las habituales) y la mayor parte del tiempo que les queda libre a  actividades con pantallas, pero muy poco a la actividad física que tanto se necesita también en esta etapa.

Ahora resulta que podemos mandar a un chaval de 15 años a ¿comprar el pan a diario? cuando llevan semanas diciéndonos que salgamos lo mínimo, que compremos para varios días . Es más, he leído en más de un sitio que podían multar por salir exclusivamente a comprar el pan. Sinceramente, no lo entiendo. Que alguien me lo explique, por favor.

La farmacia no parece tampoco el lugar más idóneo para mandar a un adolescente porque es posible que coincidan con portadores del coronavirus que salen a comprar medicamentos para sus familiares enfermos

Y el supermercado… casi que lo dejamos aparte:

  •  Ponte los guantes y una mascarilla, si es que tienes, o tapate con un pañuelo una braga, que no está claro si  protege pero menos es nada.
  • Intenta no tocar pomos, haz malabares para abrir con la llave sin empujar la puerta del portal con las manos.
  • No entres al súper hasta asegurarte de que hay poca gente y ten cuidado por los pasillos, no te vayas a encontrar con alguien de frente y rompas la temida distancia de seguridad.
  • No revuelvas ni toques los productos que no te vas a llevar y ten mucho cuidado al pagar (habrá que dejarles una tarjeta para que no anden manipulando dinero), no vayas a apoyarte en el mostrador que puede haber tocado antes alguien infectado.
  • Cuando llegues a casa, quítate los guantes pero de la forma adecuada, no vayas a tocar donde no debes. Lávate las manos corriendo.
  • Echa la ropa a la lavadora por si acaso, que igual ha rozado una estantería infectada. Vuélvete a lavar las manos, por si acaso
  • Quítate la mascarilla, ¿o será mejor quitarla antes? 
  • Ah, durante todo el tiempo que estés fuera, ni se te ocurra tocarte los ojos. Si te pica algo, que te picara de la purita ansiedad, tienes que aguantarte…

De verdad, ¿es necesario someterles a este estrés con la ansiedad que ya pueden acumular después de llevar seis semanas sin pisar la calle? ¿Qué les va a aportar?  Con lo sencillo que habría sido permitirles salir en compañía de un adulto….

Los adolescentes necesitan moverse, no exponerse

Los adolescentes necesitan moverse, no exponerse, porque como dijo el doctor Julio Álvarez Pitti, miembro del Comité de Promoción de la Salud y experto en actividad física en la edad pediátrica, en el Weminar que organizó la AEP para hablar de los efectos de la cuarentena en los menores, “la actividad física estimula el sistema inmunológico, promueve la salud y reduce el estrés. Y además, estar activo puede disminuir los problemas de comportamiento y ayudarlos a concentrarse mejor en su trabajo escolar”.  Pero me diréis  qué actividad física va a hacer un adolescente en un establecimiento cerrado que conviene recorrer lo antes posible.

Han dejado fuera a un colectivo en una edad muy delicada (se calcula que un 5% de los adolescentes sufren depresión) con el argumento de que ya pueden ir solos a hacer recados (absurdo y peligrosos). No se han tenido en cuenta sus necesidades y lo importante que es que desconecten un rato  para evitar los problemas de ansiedad que les puede ocasionar estar tanto tiempo encerrados y enganchados a las pantallas y a las redes sociales.

Respondiendo a un tuit en el que manifestaba mi enfado por la discriminación hacia los adolescentes, Eli Solerm, psicóloga experta en adolescentes, me comentaba con preocupación que ha escuchado más de una vez que “Los adolescentes con las pantallas ya están entretenidos», como si eso fuera una solución en lugar de un problema que se está acrecentando con el confinamiento.

Y es que, como sabiamente respondió a otros de mis tweet la periodista experta en temas de juventud Ana Isabel Sánchez, ampliar la edad para salir hasta los 17 habría sido una manera de paliar los efectos adversos de la sobreexposición a las pantallas de un colectivo con tendencia al lloro incontrolado, al malestar, a la apatía y a la ansiedad.

Pero se han olvidado de ellos, les han dado responsabilidades de mayores que no les corresponden y  que no les permiten realizar la actividad física que necesitan ni recibir la necesaria luz del sol y  luego habrá quien se queje de  que «están todo el día conectados a las pantallas».

No digo que puedan salir a la calle solos. Podría ser arriesgado, porque muchos tendrían el impulso de quedar con algún amigo, con buena intención seguro y con la idea de mantener una distancia que llegado el momento les resultaría difícil mantener y podrían romper. Pero podrían salir acompañados de un adulto, igual que los niños y estirar sus largas piernas y, de paso,  su ánimo, que también lo necesita.

 

 

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