Con motivo de la celebración de su 15 aniversario en 2018, a lo largo de este año la Asociación el Parto es Nuestro está relanzando las principales campañas reivindicativas que ha realizado a lo largo de sus 15 años de funcionamiento. En abril le ha tocado el turno a #MiMamáCura que reivindica la necesidad de que bebés y niños hospitalizados estén acompañados por sus padres cuando ingresan en el hospital.

La campaña nació como respuesta  a múltiples testimonios de padres que no podían permanecer con sus niños hospitalizados, porque su presencia se limitaba a horarios concretos, sin tener en cuenta las necesidades de los menores, que necesitan a sus padres es un momento tan vulnerable como es un ingreso hospitalario.

Los niños hospitalizados deben poder estar acompañados de sus padres

Para conseguir que los padres puedan permanecer las 24 horas con los niños hospitalizados, un derecho que ya está protegido en algunas comunidades autónomas con leyes regionales y algunos hospitales, como todos los que han recibido la ddistinción IHAN, El Parto es Nuestro contactó con decenas de instituciones, asociaciones y entidades que promulgaron en diciembre de 2016 una Declaración  exigiendo que el ingreso conjunto de madre e hijo se convierta en una realidad extendida y validada desde el propio Ministerio de Sanidad.

Gracias al respaldo de estas casi 80 organizaciones, como La Liga de la Leche, Apilam, DonaLlum, Vía Láctea, la Asociación Andaluza de Matronas o la Asociación de Pediatras de Atención Primaria de Andalucía, el mensaje se escuchó alto y claro y poco a poco muchos hospitales han ido aprobando protocolocos que facilitan que madre e hijo estén juntos en el caso de que ingrese uno de los dos como recomienda la OMS en sus 10 pasos para una lactancia materna exitosa

Además, la petición promovida en Change.org para conseguir que los padres puedan estar las 24 horas con los niños hospitalizados con el hashtag #MiMamáCura  ha superado ya las 130.000 firmas. Si no has firmado aún puedes hacerlo.

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3 Comentarios

  1. ColorSandía

    Bufff. Sólo de leer el post se me ha puesto el cuerpo del revés. Hace unos meses tuvieron que operar a mi hijo con 20 meses. Tonta de mi, creía que podría estar con él hasta que la anestesia le hiciera efecto. Pero luego iban mal de tiempo en quirófano y no podían esperar los 10 minutos así que se le llevaron sin sedar, aterrado. No paré de llorar durante la hora y media que duró la cirugía. Y una vez reanimado de la anestesia salió como loco. No nos conocía, nos pegaba se intentaba tirar al suelo, chillaba…lo único que le calmaba era tener la teta en la boca y pretendían que le tuviera así una hora para evitar que ingiriera leche materna. Me salté todos los protocolos, casi nos echan… Pero estoy segura de que si se hubieran puesto en su lugar un milisegundo nada hubiera sido tan traumático.

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    • Mujer y MADRE hoy

      Te entiendo, qué mal rato. En mi caso las experiencias, pocas afortunadamente, han sido buenas. A uno de mis hijos le operaron con dos años y me dejaron entran a una sala donde primero le adormilaron, de mi mano, para después anestesiarle en el quirófano. Después, mientras esperábamos, por un altavoz nos anunciaron cuando empezaba y terminaba la operación. Y en cuanto terminó, aún adormilado un poco, nos avisaron y estuvo con nosotros. Y aún así se me hizo largo y duro..

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      • Colorsandía

        En nuestro caso tendría que haber sido así pero con menos de dos años no pueden darles sedación por vía oral (nadie nos avisó de eso por lo que no tuvimos opción de esperar un poco más a la cirugía, que no era urgente). Pretendían ponerle unas gotas vía nasal porque ya estaba aterrado pero no tenían los 10 minutos que tardaban en hacer efecto (con tal de seguir la agenda qué más da traumatizar a un niño). Al salir tardaron 10 minutos en dejarme entrar a reanimación mientras le oía llorar dentro. En la consulta de anestesia se empeñaron mucho en que no le diera el pecho antes de la cirugía pero nadie me dijo nada del después. Tampoco encontré una sola información al respecto… y conozco amigas médicos que lo han hecho con sus hijos recién operados. Sin embargo prefieren tener a un niño desgañitándose en una sala en la que hay otros 20 a punto de entrar a quirófano a que enganche una teta sin succión productiva. Por suerte la cirugía fue un éxito.

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