Según los resultados del informe PISA  presentado a primeros de diciembre de 2019, un 17% de los estudiantes ha sufrido acoso. Aunque el porcentaje está por debajo de la media de los países de la OCDE (de 23%), ha aumentado dos puntos desde 2015, ¿quizá por el papel de las rredes sociales que ya se ha visto que aumentan el riesgo de sufrir ansiedad y depresión en los adolescencia?

De hecho, según un informe de la Plataforma de la Infancia el acoso escolar es uno de los temas que más preocupan a los niños junto a la conciliación de la vida familiar y laboral, para poder pasar más tiempo con sus padres.

Además, según otro estudio de la Fundación ANAR que atiende el teléfono contra el acoso escolar : “las víctimas sufren en la actualidad un mayor número de hechos violentos y más severos que hace unos años”.

Por todo ello, es fundamental detectar lo antes posible cualquier tipo de acoso escolar para pararlo y atender al niño cuanto antes y también tomar medidas para combatir el acoso escolar.

Consejos para combatir el acoso escolar

En las jornadas «Las Caras del Acoso» celebradas en la Rioja para mejorar el conocimiento de las familias y profesionales sobre el acoso escolar desde distintos prismas  se dieron esto consejos para combatir el acoso escolar, que compartió la Asociación Riojana de Padres de Niños Hiperactivos ARPANIH

  1. El acoso escolar (o bullying) NO es una MODA, es una realidad para muchos de niños y jóvenes. Los adultos no debemos banalizar ni normalizar situaciones de violencia y abuso (y menos, en un entorno como el escolar que debería ser seguro). Tolerancia cero ante la violencia.
  2. No hay un perfil tipo de alumno acosado, cualquiera puede sufrir acoso. Aunque es cierto que existen niños más vulnerables; el diferente siempre es más susceptible a sufrir acoso. Por desgracia, todavía la diferencia no es un valor al alza.
  3.   El acoso escolar tiene consecuencias graves en el desarrollo del niño afectado a nivel personal, sanitario, escolar y social. De la mano del acoso, aparecen problemas emocionales y de comportamiento en el acosado y en el acosador.
  4. Para entender el problema, todos debemos hablar el mismo lenguaje y saber con exactitud, qué es y qué no es acoso y diferenciarlo de las agresiones puntales o de otros problemas de convivencia.
  5.  Solo se puede dar respuesta a los problemas que se conocen. Por ello, es fundamental realizar más estudios de incidencia del acoso en todos los colectivos a los que sabemos que puede afectar (inmigrantes, alumnos con discapacidad homosexuales, alumnos con alta capacidad, con dislexia, con TDAH, con Asperger etc.), puesto que las asociaciones de afectados hablan de porcentajes escandalosos.
  6. Es cierto que en los colegios surgen problemas de convivencia, pero si no se atajan con determinación y se interviene de forma correcta, aparecerán casos de acoso
  7. El acoso escolar se puede prevenir. Para ello es fundamental detectarlo precozmente e intervenir cuanto antes, ante el menor síntoma de bullyig. Los adultos de referencia (padres y profesores) debemos conocer y estar atentos a los primeros signos para identificarlo y empezar a trabajar lo antes posible.
  8. Los programas de prevención bien estructurados ahorran el enorme coste emocional que el acoso escolar supone para los niños (que son los adultos del futuro) y son rentables a corto, medio y largo  plazo para las administraciones y para toda la sociedad.
  9. Tan importante es intervenir con el acosador como con el acosado. Si se pasan por alto los problemas y las necesidades del acosador (como se suele hacer, hoy por hoy), él seguirá repitiendo su conducta en otro contexto y se repetirá el problema.
  10.  También hay que intervenir con las demás personas presentes en el acoso:
  • Los que observan de forma pasiva
  • Los que apoyan al acosador
  • Los que defienden al acosado
  • Los adultos del entorno (profesores, padres, cuidadores de comedor, monitores).
  • Todos tienen un papel determinante para consolidar el acoso o para evitarlo.
  1. El grupo de compañeros es clave para dar la vuelta a las situaciones de acoso.
  2. Para que todas las soluciones anteriores funcionen es necesario que toda la sociedad sepa lo que significa el acoso y se implique de verdad atajarlo.

Como adultos, nosotros somos sus modelos. Los niños aprenden más, de nuestras acciones que de nuestras palabras.

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