Es posible que alguna vez hayas escuchado que no conviene freír o tostar en exceso la comida porque puede ser cancerígeno, pero no tengas muy claro por qué.
La razón está en que al freír o tostar en exceso (a más de 120ºC) y en ambientes de baja humedad, terminados alimentos ricos en hidratos de carbono (cereales, patatas..) se forma acrilamida, un compuesto orgánico que podría ser genotóxico y cancerígeno (según se ha visto en los ensayos realizados con animales).
Hacen falta más estudios con humanos para confirmar que la acrilamida sea cancerígena (de momento se ha clasificada como probable carcinógeno en humanos), pero por si acaso desde las autoridades sanitarias ya se están tomando medidas para reducir la concentración de este contaminante en los alimentos.
En abril de 2018 entró en vigor el nuevo Reglamento (UE) 2017/2158 de la Comisión Europea, que reconoce a la acrilamida como un contaminante e insta a su control a lo largo de la cadena alimentaria. El Reglamento establece medidas de mitigación obligatorias para los operadores de empresas alimentarias (industria, catering y restauración, entre otras) y niveles de referencia para reducir la presencia de acrilamida en los alimentos como pan, galletas saladas, patatas fritas, productos fritos u horneados a base de patatas, bollería, pastelería, café tostado, cereales para el desayuno, galletas, alimentos infantiles y elaborados a base de cereales para lactantes y niños de corta edad.
En España también se están tomando medidas. Ayer la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición organizó una jornada con la colaboración del Foro InterAlimentario, a la que asistieron 300 profesionales del ámbito público y privado de la seguridad alimentaria, del mundo científico, universitario y asociaciones de consumidores para abordar
En esta jornada, AECOSAN presentó el material informativo que ha elaborado para concienciar a la población de los riesgos que puede tener para la salud la acrilamida: un folleto con consejos sobre formas de cocinado que eviten las altas concentraciones de acrilamida en los alimentos y un vídeo informativo.
Uno de los ejemplos más claros para identificar el exceso de acrilamida, que se explica en el folleto y el video informativo que ha elaborado la AECOSAN, es fijarse en el color de los alimentos fritos, tostados y empanados, como las patatas y sus derivados, las galletas, la bollería, el pan y los alimentos empanados y rebozados. Hay que evitar cocinarlos en exceso, es decir
Cómo evitar la formación de acrilamida en los alimentos
Hay que vigilar sobre todo las patatas, empanados, rebozados, pan y galletas.
- Al tostar pan, hornear galletas o freír alimentos empanados hay que evitar que los alimentos adquieran un color oscuro. La recomendación es no cocinar los alimentos a temperaturas superiores a 170 º C o antes de que el aceite humee en la sartén y tostar el pan hasta un color dorado.
- Si algo se tuesta más, es mejor no comerlo
- Con la patata hay que tener especial cuidado. AECOSAN recomienda
- Elegir siempre que se pueda cocción, horneado o microondas frente a la fritura. Evitar freír a temperaturas mayores de 175º.
- Reducir el tiempo de fritura.
- Retirar las patatas cuando tengan color dorado y, si las hubiera, rechazar las demasiado oscuras.
- Limitar la reutilización del aceite de fritura y ventilar la cocina al terminar.
Aquí tienes el vídeo
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Madre mía!
Acabo de enterarme de la existencia de la acrilamida.
Y ya me tienes preocupada para toda la semana.
No podía esperar menos de una mamipreoocupona… Bueno, en serio, gracias por tu comentario. Nunca es tarde para empezar a cocinar de forma más sana.