Estar al aire libre tiene muchos beneficios para la salud, a cualquier edad. Por ello, uno de los primeros consejos que da el pediatra cuando nace un niño, es sacarle de paseo a diario en cuanto el clima o las condiciones del pequeño lo permitan. Los niños necesitan salir a la calle o a los parques infantiles cada día para disfrutar de la luz natural y del sol, que ayuda a fijar la vitamina d en los huesos.

El juego al aire libre favorece el desarrollo del niño

A partir del año, cuando los niños empiezan a andar, los beneficios de las salidas al exterior se multiplican porque jugar al aire libre no solo es bueno para la salud de los pequeños, sino que también desempeña un papel importante en su desarrollo físico y social.

La primavera es el mejor momento para disfrutar del jardín de casa o el parque. No la desaprovechemos.

Beneficios de jugar al aire libre

1 Previene la obesidad y otras patologías

Cuando están al aire libre, los niños hacen un montón de ejercicio físico sin darse cuenta porque intercalan el juego con otras actividades más tranquilas, a su ritmo. Esta actividad física ayuda prevenir la obesidad y las enfermedades asociadas a esta patología, como la diabetes tipo 2.

Además, los juegos de movimiento aumentan la velocidad de la sangre, lo que, ayuda a evitar la que se formen depósitos de grasa que suben el colesterol.

2 Les ayuda a dormir mejor

El ejercicio que hacen al aire libre genera endorfinas, unas hormonas que relajan el sistema nervioso y ayudan a los niños a dormir mejor.

3. Les ayuda a crecer y fortalece el sistema inmunitario

El sol estimula la hipófisis, una glándula que produce distintas hormonas, entre ellas la hormona que estimula el crecimiento de los huesos y de otros tejidos del cuerpo y determina cómo gestiona el cuerpo los nutrientes y los minerales

Además, el ejercicio físico que hacen los niños al aire libre refuerza el sistema inmunitario y les hace más resistentes a las infecciones.

4. Estimula los sentidos

Los niños aprenden a través de los sentidos, viendo, oliendo, tocando. Cuando juegan al libre tienen un montón de opciones nuevas para experimentar. Por ejemplo, al gatear o andar descalzos por la hierba o la arena reciben un montón de estímulos sensoriales, a la vez que fortalecen sus pies.

5. Favorece su maduración y creatividad

Experimentar con objetos, texturas y materiales nuevos favorece la maduración del niño y estimula su curiosidad y creatividad. Además, según explican desde la marca experta en parques infantiles FATMOOSE “con los accesorios que llevan muchos columpios ( catalejo, telescopio, timón, volante,  teléfono etc. los niños pueden vivir auténticas aventuras”.

6. Desarrolla la habilidad manual

Jugando con la arena o en los columpios, los pequeños desarrollan la habilidad manual ya que tienen que coger los objetos de forma diferente a como lo hace en casa. Por ejemplo, al sujetarse en un columpio, intentan concentrar su fuerza en las manos y al  manipular la arena, que se les escapa entre los dedos, desarrollan la habilidad de sujetar y presionar.

7. Mejora la coordinación y el equilibrio

El juego al aire libre mejora la coordinación y el equilibrio, al tener que moverse en un espacio con suelo irregular, distinto al que hay en casa.

8. Facilita las relaciones sociales

En el parque, se relacionan con otros niños y aprenden que tiene que respetar unas normas al hacerlo, como respetar los turnos para lanzarse desde el tobogán o montar en los balancines.

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