A raíz del debate sobre si los niños deben contar en las celebraciones navideñas, por su bajo papel en la transmisión del Covid, la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha emitido un comunicado manifestando que a partir de los dos años los niños deberían computar a la hora de calcular el máximo de personas permitidas en las reuniones y que es aconsejable reducir el número total de personas, con independencia de su edad, en entornos cerrados y mal ventilados.
Por qué los niños deben contar en las celebraciones navideñas
En su comunicado, la AEP explica que «aunque mayoría de las infecciones por Covid 19 en la edad pediátrica suelen ser leves o asintomáticas y el contagio de covid de los niños a terceros es limitado, ha quedado claro que los niños pueden infectar a otros niños o adultos, especialmente en situaciones donde no se respetan las medidas básicas de prevención de la transmisión (como el uso de mascarilla, una ventilación adecuada y mantener distancia física). Además, esta capacidad de transmisión iría en aumento con la edad de los niños hasta los adolescentes, llegando a igualar incluso igualar a la de los adultos.
Las medidas de prevención que se han tomado en los colegios están protegiendo del Covid a los niños y a los adultos que trabajan allí. La prueba es que solo un 1% de las aulas han tenido que confinarse desde que se retomaron actividades escolares. Por ello, la vuelta a clase no ha aumentado la transmisión comunitaria.
El problema es que las vacaciones de Navidad suponen perder temporalmente este marco protector que facilita la rutina de las actividades escolares. Y como ocurrió en verano, esto podría provocar un aumento de afectados de Covid, incluyendo niños y adolescentes, ya que sus actividades estarán menos regladas y sus relaciones sociales menos controladas. El riesgo es mayor en los adolescentes y los jóvenes, que al no tener obligaciones escolares podrían realizar conductas de mayor riesgo, exponiéndose más al contagio
Además, se ha visto que las tasas de transmisión son más altas en los hogares y en entornos de congregación.
Por todo ello, la AEP aconseja reducir el número de contactos, sin tener en cuenta la edad.
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