Enero es un mes de dietas. Después de los excesos navideños, muchas personas se plantean  perder peso y esto se consigue una buena dieta y la práctica de ejercicio. Ahora bien, como en todo las prisas no son buenas. Las dietas drásticas que prometen una importante pérdida de peso en muy poco tiempo pueden ser peligrosas para la salud.

Estas dietas restrictivas ayudan a perder peso rápidamente pero después a largo plazo resulta más difícil adelgazar porque con el tiempo el cuerpo se acostumbra a una ingesta de calorías menor y lo compensa reduciendo el gasto de energía y sobre todo porque cuando finaliza la dieta, se vuelve a coger peso por un efecto rebote, ya que con estas dietas se pierde sobre todo agua corporal y masa muscular, pero la masa grasa sigue en su sitio, y los cambios en el metabolismo pueden hacer incluso que luego aparezca en mayor cantidad.

Las dietas restrictivas pueden perjudicar la salud

El doctor  Daniel Cabo Navarro, especialista del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud Málaga explica que “las dietas restrictivas, que se basan en la supresión de grasas o hidratos de carbono, la toma de complementos quema grasas o la sobrealimentación de algunos productos, como ocurre con la dieta de la piña o la dieta de la alcachofa, perjudican la salud porque privan al cuerpo de los nutrientes necesarios para su funcionamiento y además pueden provocar frustración, irritabilidad, nula adherencia y problemas en la salud si se mantienen estas conductas en el tiempo”.

La nutricionista Nerea Martín Santa añade que “las dietas milagro, detox o restrictivas obtienen resultados drásticos y rápidos, pero pueden acarrear desequilibrios y efectos rebotes en la fisiología del paciente.”,

Según esta experta, la clave para perder peso está en aprender a comer y seguir un estilo de vida saludable, que, a la larga, se convierta en rutina,

Consejos para perder peso sin perder salud

Lo más sano es intentar perder peso con  una “dieta completa, variada y equilibrada;

La doctora Nerea Martín recomienda estas pautas sencillas retomar los hábitos saludables

  1. Marcarse objetivos reales y no cambiar de forma drástica los hábitos alimenticios, ya que podemos frustrarnos  y tirar la toalla antes de tiempo.
  2. Aumentar el consumo de agua entre 1,5-2 litros/día. El agua ayuda a excretar las toxinas acumuladas por los excesos en las comidas navideñas.
  3. No pesarse todos los días. Es suficiente con pesarse cada semana o 15 días o en la consulta del especialista, teniendo en cuenta que las oscilaciones pueden estar determinadas por: cambios hormonales, falta de sueño, retención de líquidos o las propias digestiones.
  4. Controlar de consumo de alcohol y bebidas carbonatadas, que son ricas en calorías y contienen mucho azúcar que impide la movilización de la grasa corporal y la pérdida de peso.
  5. Aumentar la ingesta de frutas y verduras, acompañando los platos principales con guarniciones de verduras y hortalizas
  6. Reducir el consumo de sal, ya que el consumo excesivo de sal aumenta la retención de líquidos y provoca problemas cardiovasculares, renales y osteoporosis
  7. Reducir el consumo de azúcar..
  8. Priorizar los cereales integrales, que al ser ricos en carbohidratos complejos, vitaminas y minerales, permiten regular los niveles de glucosa en sangre, ayudan a la pérdida de peso y al cuidado del corazón.
  9. Aumentar el consumo de pescado blanco y azul (rico en Omega 3 y vitaminas como B, A y D ácidos grasos y vitaminas de alta calidad nutricional) sin dejar de lado el consumo de carnes (especialmente las blancas).
  10. Realizar ejercicio a diario, con constancia, equilibrio y objetivos a corto plazo y si es necesario reintroduciendo el deporte de forma paulatina.

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