El sol, el cloro de las piscinas, la sal del mar, el calor, el sudor y la humedad pueden provocar erupciones cutáneas, urticaria o dermatitis. Como estas alteraciones se producen más en verano, se tiende a pensar que son consecuencia de una reacción alérgica al sol o al sudor. Sin embargo, los expertos del servicio de Alergología del Hospital Universitario de Torrejón de Ardoz, de Madrid, aclaran que estas alteraciones cutáneas no son una respuesta alérgica y explican por qué se producen y cómo tratarlas..

¿Qué es en realidad la alergia al sol y cómo se trata?

Según explica el doctor Armando Bueso, especialista en Alergología e Inmunología del hospital de Torrejón: “La patología conocida como ‘alergia al sol’ en realidad no existe, aunque se suele usar esta expresión para referirse a las alteraciones de la piel que tienen como factor común la reacción de la piel al sol, aunque ninguna de ellas sea una alergia”.

El experto aclara que solo hay dos alteraciones dermatológicas relacionadas con la exposición al sol: la urticaria solar y la erupción solar polimorfa”,

  • La urticaria solar es una fotosensibilidad, que produce picor, enrojecimiento y ronchas en las zonas de la piel que han estado expuestas a la luz. Las molestias aparecen a los 5-15 minutos de la exposición y desaparecen en menos de 24 horas.
  • La erupción solar polimorfa suele aparecer en primavera y a principios de verano y afecta especialmente a la cara y al escote produciendo lesiones pequeñas que aparecen a las pocas horas de la exposición solar.

Según indica el especialista “el tratamiento ideal para resolver ambas patologías son los antihistamínicos. En el caso de que no mejoren los síntomas, se pueden añadir corticoides. Y para controlar la erupción solar polimorfa se puede recurrir a la desensibilización a la luz UVA y/o UVB, que se basa en ir acostumbrando la piel a la exposición solar durante 20-30 minutos cada día durante las horas seguras.

Además, para prevenir los efectos de estas alteraciones cutáneas se aconseja usar cremas con factor de protección elevado.

La urticaria como reacción al sudor

El calor y el sudor también pueden afectar a la salud de la piel y producir una urticaria colinérgica. Según explican desde el servicio de Alergología del Hospital Universitario de Torrejón, “se caracteriza por la aparición de habones puntiformes como consecuencia del aumento de la temperatura corporal””.

El doctor Bueso añade que los habones se producen por un aumento de la sensibilidad a la acetilcolina, en menos de 20 minutos tras la exposición al estímulo, y que si el cambio de la temperatura es muy intenso pueden producirse reacciones graves. Los habones pueden durar entre 30 y 60 minutos y suelen estar localizados en el tronco y en las extremidades superiores. En este caso, el mejor tratamiento son también los antihistamínicos orales.

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