Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) , el 7,45% de los niños roncan durante el sueño y el 2-4% sufren apneas hipoapneas durante el sueño .
Estos datos se han hecho públicos durante la sesión “Síntomas y enfermedades relacionadas con trastornos del sueño”, celebrada durante la 26 Reunión de Invierno de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) celebrada en Toledo el 8 y 9 de febrero
La apnea es un trastorno de la respiración durante un periodo de tiempo breve, que se produce normalmente durante el sueño. Es más frecuente en los niños que han sido prematuros y niños que padecen una enfermedad respiratoria (bronquiolitis, neumonía, etc).
Causa y síntomas de las apneas hipopneas en los niños
La causa más frecuente del síndrome de apneas hipopneas del sueño (SAHS) en la infancia es tener las amígdalas demasiado grandes (agmídalas hipertróficas).
En las jornadas, la dra. Olaia Sardón, del Área de Neumología Pediátrica de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) explicó que «los niños tienen diferente sintomatología que los adultos y que esta puede variar en función de la edad y el desarrollo neurológico de cada niño»:
- Además del ronquido (síntoma característico de la apnea, los niños suelen respirar por la boca de forma ruidosa y adoptan posturas curiosas al dormir, se mueven mucho, echan el cuello hacia atrás ….
- Los despertares pueden ser frecuentes y hacer que presenten un sueño inquieto y/o fragmentado.
Sin embargo, en la infancia, generalmente se producen menos apneas (cierre total de la vía áerea), más hipoapneas (cierre parcial de la vía áerea) y por tanto, menor fragmentación de sueño y menor somnolencia diurna en comparación con los adultos.
- No obstante, se piensa que la apnea puede influir los trastornos del comportamiento y del aprendizaje, porque el niño no descansa bien, y también se ha asociado con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
- Además, en la infancia, el SAHS se asocia enfermedades cardiovasculares, arritmias, hipertensión arterial, hipersudoración (sudor excesivo), enuresis . Mientras que en los adultos se relaciona más con la obesidad.
Para diagnosticar la apnea es necesario realizar un estudio del sueño nocturno. Por ello, ante la sospecha de que un niño puede sufrir apneas es importante consultarlo con el pediatra
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