En general, los niños tienen los órganos más sensibles porque están en desarrollo. En el caso concreto de la vista, los ojos de los niños tienen menos pigmentación para protegerse contra los rayos ultravioletas y la pupila más dilatada que la de los adultos, lo que permite que pasen más radiaciones UV al interior del ojo que pueden interferir en el desarrollo de la vista de los niños

Por ello, es recomendable proteger los ojos de los niños con unas buenas gafas de sol para niños.  Según explica, Silvia Gómez, especialista en Oftalmología del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla «el correcto uso de gafas de sol en niños protege de daños que pueden provocar un incorrecto desarrollo de la visión, pues la exposición directa y/o la reflexión de los rayos del sol puede dañar la córnea, produciendo queratitis, o el cristalino (hasta el punto de ser una de las causas en la aparición de cataratas prematuras) y en la retina se pueden producir quemaduras irreversibles que impiden una correcta visión.

A partir de qué edad pueden usar gafas de sol los niños

Los expertos aconsejan el uso de gafas de sol en los niños a partir de los tres años, porque a esta edad los niños, que empiezan a ser más activos y se exponen más a las radiaciones solares, tienen la visión más desarrollada y se adaptan mejor a llevarlas puestas.

Consejos para elegir gafas de sol para niños

A la hora de elegir las gafas de sol para niños, la oftalmóloga  de Quironsalud aconseja:

  • Que las gafas estén homologadas, con el símbolo de la Comisión Europea.
  • Elegir un modelo flexible y resistente.
  • Optar por las lentes orgánicas para evitar roturas, a poder ser  polarizadas que protegen más frente al deslumbramiento y los rayos UV. No obstante, añade la experta: “Los cristales no deben ser demasiado oscuros, porque puede dificultar el correcto desarrollo de la visión del menor y favorecer una mayor dilatación de la pupila, al actuar como una cámara oscura, lo que haría los rayos del sol puedan penetrar más fácilmente hacia la retina”.
  • Comprobar que las gafas se adaptan perfectamente al rostro del niño, para evitar que la radiación entre por los laterales de las gafas.

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