El Parto es Nuestro y PETRA Maternidades Feministas han lanzado la campaña contra la violencia obstétrica, «Cuando las mujeres hablan”,en un manifiesto al que se han adherido 64 organizaciones civiles y profesionales del ámbito feminista, de la salud y de los derechos humanos, entre ellos: la Universitat Jaume I, la Federación de Asociaciones de Matronas (FAME), la Asociación de Matronas de Madrid, la Asociación Catalana de Llevadores, la Plataforma Pro Derechos del Nacimiento, y numerosos grupos de lactancia como Fedalma, Mami Lactancia o VíaLáctea.

La campaña invita a compartir experiencias de violencia obstétrica publicándolas en RRSS con los hashtag #EstoEsViolencia y #ViolenciaObstetrica, y a enviar los relatos a la consejería de sanidad de la comunidad autónoma correspondiente, con el sistema de reclamación y quejas, y también a la institución que actúe como Defensor del Pueblo a nivel autonómico, para conseguir que las experiencias lleguen a la gestión sanitaria y a los responsables de la defensa de los derechos de las usuarios del sistema sanitario.

El por qué de esta Campaña contra la violencia obtétrica

Esta campaña contra la violencia obstétrica ha surgido a partir de la respuesta que han dado las instituciones estatales y autonómicas a la «segunda resolución del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de Naciones Unidas de condena por un caso de violencia obstétrica, en julio del 2022 que puedes consultar este enlace Naciones Unidas y que te explico a continuación.

Esta resolución determinó que, según el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de la ONU, una mujer  que fue sometida a inducción prematura del parto y cesárea sin su consentimiento, en España, fue víctima de violencia obstétrica

La resolución se tomó tras la a denuncia presentada por la ciudadana española N.A.E, que sufre un trauma físico y psicológico duradero a consecuencia de su experiencia durante el parto.

N.A.E fue a un hospital público en Donostia, España, tras haber roto aguas a las 38 semanas de embarazo. El hospital ignoró el período protocolario de espera de 24 horas y le indujo el parto sin darle información sobre otras alternativas. Además, N.A.E. fue sometida a múltiples tactos vaginales, no se le permitió comer y finalmente se le realizó una cesárea sin justificación médica (a la además que no pudo entrar su marido). Durante la cesáreatuvo los brazos atados y esto le impidió realizar piel con piel con bebé

Después de esta experiencia, N.A.E fue al médico por síntomas de ansiedad relacionados con su experiencia en el parto y fue diagnosticada con trastorno de estrés postraumático posparto.

N.A.E denunció lo ocurrido en los tribunales y durante el proceso administrativo y judicial se encontró con estereotipos de género y discriminación. En el proceso se llegó a afirmar que era el médico quien decidía si practicarle una cesárea y que el daño psicológico que sufría era simplemente una cuestión de percepción.

Sin embargo, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) consideró  que N.A.E fue víctima de violencia obstétrica y que si los médicos y las enfermeras hubieran seguido todos los estándares y protocolos aplicables, es probable que  hubiera dado a luz de forma natural sin tener que pasar por todos estos procedimientos que la dejaron física y mentalmente traumatizada.

Por todo ello, el CEDAW instó a España a proporcionar a N.A.E. una reparación adecuada por los daños de salud física y psicológica sufridos y a tomar medidas para que se respete la autonomía y la capacidad de las mujeres para tomar decisiones informadas sobre su salud reproductiva (aspectos recogidos en la ley de autonomía del paciente, entre otros), lo que supone darles información completa en cada etapa del parto y exigir que se obtenga su consentimiento libre, previo e informado para cualquier tratamiento invasivo durante la atención del parto.

Sin embargo, según informan desde el Parto Es Nuestro, la respuesta ante ambas resoluciones por parte tanto de las instituciones estatales como autonómicas correspondientes, ha sido preocupante, ya que “en lugar de seguir las directrices, se han limitado a negar los hechos”.

Por ello, desde el Parto es Nuestro y PETRA Maternidades Feminista hacen un llamamiento a toda la sociedad, para que se reconozcan, visibilicen y denuncien estos hechos y se legislen los cambios necesarios.

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