Según datos de la Asociación Española de Pediatría, entre el 1,7 y el 4,8 por ciento de los recién nacidos tienen el frenillo lingual corto y poco elástico. Esta anomalía, que llama anquiloglosia (lengua anclada), puede limitar los movimientos de la lengua y dificultar la lactancia materna. ¿Cómo detectarla y que soluciones tiene?
El frenillo lingual es la membrana que une la lengua con el “suelo” la boca. Todas las personas lo tenemos y en la mayoría de los casos no suele suponer un problema. Los problemas aparecen cuando el frenillo lingual es corto o poco elástico.
Hasta hace unos años, muchas veces la anomalía no se detectaba hasta que el niño empezaba a tener problemas de pronunciación, ya que, por ejemplo, un frenillo corto impide que la lengua suba totalmente al paladar y evite que se escape aire por los lados para poder decir correctamente la erre.
Pero con el aumento de las tasas de lactancia materna, los problemas que ocasiona el frenillo lingual corto se han hecho más evidentes, ya que puede dificultar mucho la correcta succión del pecho.
Cómo afecta un frenillo lingual corto a la lactancia
Según explica Pilar Martínez, farmacéutica, consultora de Lactancia Certificada (IBCLC) y formadora de lactancia en EDULACTA, la lengua desempeña un papel muy importante en el agarre del bebé al pecho ya que “acanala el pezón sujetándolo bien y hace movimientos peristálticos que ayudan a exprimir la leche y la llevan hasta la faringe del bebé”.
Un frenillo corto puede producir muchos problemas al niño y a la madre. Si el bebé no se engancha bien al pecho las tomas serán poco productivas y demasiado largas, el bebé se quedará insatisfecho y volverá a pedir pecho en poco tiempo y además, no ganará suficiente peso.
El agarre incorrecto y las tomas excesivamente frecuentes y largas pueden provocar dolor en los pezones e incluso grietas y también la ingurgitación de las mamas si no se vacían bien, lo que puede derivar en mastitis. También podría bajar la producción de leche por la estimulación inadecuada.
Cómo saber si el bebé tiene frenillo lingual corto
Según explica en su web la Asociación Española de Pediatría, hay diferentes grados de frenillo lingual corto.
En el frenillo corto el más habitual, la punta de la lengua está totalmente pegada al suelo de la boca y la lengua tiene forma de corazón, pero hay otros tipos de frenillos que impiden que la parte media o posterior de la lengua se eleve o que hacen que cuando el bebé saca la lengua, la punta se vaya siempre hacia abajo.
El frenillo corto es tres veces más frecuente en los niños que en las niñas y tiene un componente genético importante. Si alguno de los padres tuvo anquiloglosia, hay más posibilidades de los hijos tengan el mismo problema.
Si se sospecha que el bebé tiene el frenillo lingual corto, conviene buscar ayuda especializada cuanto antes, tanto para confirmar el diagnóstico y ver si es necesario seguir un tratamiento.
En este vídeo de EDULACTA tienes algunas pistas que ayudan a detectar la anquilogosia, pero como dice la consultora certificada de lactancia materna Ruth Giménez, siempre hay que consultar con un especialista antes de tomar cualquier decisión
Cómo mejorar la lactancia cuando el bebé tiene el frenillo lingual corto
Cuando el frenillo corto dificulta el enganche al pecho , la lactancia puede mejorar adoptando una postura que facilite el agarre profundo, en la que el bebé esté con la boca muy abierta y el pecho metido hasta el fondo. Este agarre es más fácil de conseguir en:
- La postura ventral con la madre boca arriba y el bebé boca abajo tumbado encima de la tripa de la madre. En esta postura, que adoptan instintivamente los recién nacidos cuando se les coloca encima de su madre, la cabecita se le dobla un poco hacia atrás, con lo que la mandíbula llega más abajo en el pecho.
- La postura “a caballito” con el bebé sentado a horcajadas sobre una de las piernas de su madre de frente al pecho, aunque esta postura es más adecuada para bebés más mayorcitos que sujetan bien la cabeza.
Durante la toma, hay que comprobar que el bebé tiene la boca bien abierta con los labios hacia fuera, la nariz y el mentón tocando el pecho.
El frenillo lingual corto puede causar otros problemas de adulto.
Además de entorpecer la lactancia y la pronunciación, el frenillo corto puede afectar a la respiración y terminar por provocar problemas de deglución y apnea del sueño.
Según explica el doctor Carlos O´Connor Reina, codirector del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Marbella y presidente de la Comisión de Roncopatía y Trastornos Respiratorios del Sueño de la SEORL, la falta de movilidad de la lengua puede influir en la transición del alimento al esófago y en la respiración durante el sueño.
Esto es así porque: “la maniobra deglutoria está muy relacionada con el correcto funcionamiento de la lengua. Si la lengua no se mueve con normalidad, los demás músculos de la cavidad bucal tienen que hacer movimientos de compensación para aliviar esa deficiencia y esto puede ocasionar deformidades dentales y problemas, cervicales y de la musculatura faríngea que, a largo plazo, pueden originar apnea del sueño”, añade el experto.
Por todo ello, el diagnóstico precoz del frenillo lingual corto en los primeros meses de vida es, fundamental.
Cómo se corrige el frenillo lingual corto
Si la lactancia no mejora cambiando la postura o la anquilogosia ocasiona otros problemas, es posible que haya que recurrir a la cirugía para liberar el frenillo. Pero antes también hay que valorar si el pequeño tiene un buen tono muscular, ya que el frenillo lingual ayuda a prevenir la obstrucción de las vías respiratorias con la lengua.
La operación que se realiza para cortar el frenillo se llama frenotomía o frenectomía y es bastante sencilla. Se puede hacer mediante cirugía convencional con tijeras o bisturí, o con láser.
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