En ocasiones, después del embarazo, por mucha dieta y ejercicio que se haga, no hay forma que baje la tripa, incluso cuando el peso vuelve a ser el de antes.

La tripa sigue hinchada y parece descolgada, es como si la pared abdominal no fuera capaz de mantener la forma plana del abdomen. Esta flacidez puede deberse a una separación excesiva de los músculos rectos abdominales (que discurren paralelos a lo que se conoce como línea alba) causada por la diástasis abdominal.

En realidad, la diástasis abdominal (separación de los músculos rectos abdominales) ocurre de forma natural en todos los embarazos a consecuencia del crecimiento del útero dentro del abdomen.

Después del parto, lo habitual es que el abdomen vuelva poco a poco a su lugar, pero hay casos en los que la separación de los músculos no revierte sola  tras dar a luz, y por eso la mujer sigue teniendo tanta tripa.

Cómo reconocer la diástasis abdominal

El principal síntoma de la diástais es que meses después del parto, la tripa está tan hinchada que parece que la mujer está embarazada de 3 a 5 meses. Para saber si sufres diástasis, Rafael Vicetto, fisioterapeuta especializado en ureginecología y creador del  tratamiento StopDiastasis, centrado en la recuperación del abdomen tras el parto, recomienda hacer esta prueba: «Tumbada boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies en el suelo, sitúa la mano plana en el ombligo y levanta ligeramente la cabeza. Si queda un espacio y los dedos se hunden hay una rotura de la línea alba, indicio de diástasis abdominal, que conviene confirmar con un fisioterapeuta».

Consecuencias de la diástasis

Las consecuencias de la diástasis no solo son estéticas (abdomen abultado como si se estuviera embarazada de cuatro meses). El trastorno también puede provocar otros problemas como pérdidas de orina, dolor al mantener relaciones sexuales, estreñimiento, malas digestiones e incluso dolor abdominal y lumbar. “El problema es que muchas mujeres dan por hecho que después del parto es normal sentir algo de dolor en sus relaciones, tener pérdidas de orina o, incluso, quedarse con tripita. Es algo que han ido asumiendo de generación en generación. Pero no es así. Todo esto se puede tratar y solucionar”, explica el experto,

Tratamiento de la diástasis

Durante muchos años, para corregir la diástasis sólo existía la cirugía, pero ahora se sabe que sabe que se puede recuperar con ejercicios específicos para aproximar los rectos del abdomen, acompañados de higiene postural, para aprender a moverse en el día a día sin dañar la zona y el uso de una faja especial, que debe pautar un experto fisioterapeuta. Con el tratamiento se mejora el abdomen, la columna, y el suelo pélvico Es importante hacer los ejercicios adecuados y sobre todo evitar los abdominales clásicos, de llevar la barbilla a las rodillas flexionadas, porque pueden lesionar aún más los músculos afectados.  Según explica Rafael Vicetto, “la diástasis suele confundirse con el sobrepeso y  esta confusión puede ser muy peligrosa, ya que para perder volumen se suelen realizar ejercicios abdominales clásicos que empeorarán la separación de los músculos”.

Puedes ampliar información en el post Tratamiento de la diastasis abdominal

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