Los modelos de familia han cambiando mucho en los pocos años, de forma que cada vez hay más tratamientos de fertilidad sin pareja y más mujeres que deciden ser madres en solitario.
Según datos de la clínica Fertilab Barcelona, el 10% de las mujeres que siguen tratamientos de fertilidad no tienen pareja y según la Sociedad Española de Fertilidad, desde 2016 hasta 2020 los tratamientos de fecundación in vitro a mujeres solteras se han doblado.
La previsión es que el porcentaje de madres sin pareja siga en aumentando y haya más alternativas al modelo de pareja tradicional, formado por un hombre y una mujer, como las parejas de dos mujeres, que además pueden recurrir a métodos que permiten participar a las dos en la maternidad, como el método Ropa en el que una mujer aporta el óvulo y la otra lleva el embrión fecundado en su interior y el revolucionario método INVOcell que permite que las dos mujeres lleven al bebé en su interior.
De hecho, en noviembre de 2021 se publicó Orden Ministerial que modifica los criterios para acceder a las técnicas de reproducción asistida de la sanidad pública para incluir a todas las mujeres sin pareja, lesbianas, bisexuales y transexuales.
Tratamientos de fertilidad sin pareja: muchas mujeres deciden ser madres solteras ya de jóvenes
Según explica Federica Moffa, directora médica de Fertilab, hoy en día las mujeres deciden cómo va a ser su familia y por quién va a estar compuesta, incluso a a los 25 años muchas mujeres tienen claro que quieren ser madres solteras, aunque también hay bastantes casos de familias monoparentales que acuden las técnicas de reproducción asistida para congelar su óvulos de cara al futuro o porque tienen una edad en las que les resulta difícil quedarse embarazada y no han encontrado una pareja con la que decidirse a ser madres. En Madrid, por ejemplo, las mujeres de 42 años ya pueden acceder a los tratamientos públicos de reproducción asistida.
La mayoría de las mujeres sin pareja que acuden a los tratamientos de fertilidad sin pareja no suelen tener problemas de esterilidad y tampoco han intentado quedarse embarazadas antes, sino que necesitan un donante de semen, ya sea porque no tienen pareja o porque directamente han decidido ser madres solteras, una opción que cada vez es más frecuente, sobre todo entre las mujeres jóvenes.
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