Ya sabíamos que el ejercicio en el embarazo tiene muchos beneficios para la salud de la futura madre: previene la diabetes gestacional, reduce la duración del parto, disminuye el riesgo de sufrir depresión posparto  etc. Ahora sabemos que también tiene un importante beneficio para el feto: es bueno para el corazón del feto,

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y el Servicio de Obstetricia del Hospital Universitario de Torrejón ha demostrado que el ejercicio físico moderado y supervisado en el embarazo mejora la respuesta cardíaca del feto y la pérdida de peso de la madre en el posparto.

El ejercicio en el embarazo es bueno para el corazón del feto

Los resultados de la investigación se han publicado en  la revista Ultrasound in Obstetrics and Gynecology

La investigación se realizó mujeres con un embarazo único desde el primer trimestre, en el Hospital de Torrejón, Madrid, entre noviembre de 2014 y junio de 2015, una parte de las embarazadas siguió un programa de acondicionamiento físico supervisado, de sesiones de 60 minutos 3 días por semana durante el embarazo y el resto no.

Por un lado, se controló el aumento de peso materno durante el embarazo. Por otro, los parámetros de la función cardíaca fetal en la semanas de embarazo 20, 28 y 36 semanas  y también si  los casos de cesárea, parto prematuro, inducción del trabajo de parto y el peso de recién nacido.

Las características iniciales (edad materna, índice de masa corporal antes del embarazo, paridad, concepción por fertilización in vitro, etnia caucásica, ejercicio físico antes del embarazo y fumador) fueron similares entre los dos grupos.

Tampoco se observaron diferencias entre los grupos en el peso materno a las 20, 28, 36 y 38 semanas de embarazo.

Sin embargo, después del parto la proporción de mujeres con pérdida de peso mayor o igual a 9 kg a las 6 semanas posparto fue mayor en el grupo que hizo ejercicio en comparación con el grupo que no lo hizo.

Y por otro lado, el índice de pulsatilidad del conducto arterioso (DA-PI) a las 20 semanas y la fracción de eyección (FE) a las 36 semanas fueron mayores en el grupo que hacía ejercicio en comparación con el grupo que no lo hacía. Lo que demuestra que el ejercicio es seguro para el corazón del corazón del feto. Es más los expertos piensan que el ejercicio podría suponer una ventaja adaptativa en el periodo intrauterino en los fetos de las madres físicamente activas.

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