Un reciente estudio ha confirmado que la falta de exposición a flora intestinal en las cesáreas se puede compensar con la lactancia y el contacto piel con piel, ya que un 58,5 % de la microbiota del bebé procede de varias partes del cuerpo de su madre.

Los bebés que nacen por cesárea reciben menos bacterias del microbioma intestinal (flora intestinal) de su madre. Estas bacterias intestinales son necesarias para el desarrollo del sistema inmune.

Un reciente estudio que ha analizado la transmisión microbiana de la madre al bebé tras el nacimiento y durante el primer mes de vida, diferenciando si el parto ha sido vía vaginal o por cesárea ha comprobado que la menor transferencia de microbiota en las cesáreas se puede compensar por otras vías, como la lactancia materna y el contacto piel con piel

Cómo se forma la microbiota del bebé

Según el estudio, realizado por varios investigadores de los Países Bajos, un 58,5 % de la microbiota del bebé procede de varias partes del cuerpo de su madre.

Para realizar el estudio, se han estudiado muestras recogidas de 120 parejas de madres hijo durante los primeros días de vida, con material de vagina, nasofaringe, saliva, heces, piel y leche materna y se ha visto que la falta del microbiota que hay en el canal del parto que se produce en los nacimientos por cesárea se puede compensar con otras vías de transmisión, como la lactancia materna y los mimos, pues también se transfieren bacterias a través de la piel».

La investigación se ha publicado en la Cell Host & Microbe.

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