Aunque la lactancia materna es un acto natural, es habitual que aparezcan molestias al dar el pecho porque no está adoptando una postura adecuada al dar el pecho o porque el bebé no se engancha bien al pezón.
Los problemas pueden aparecer también cuando ya se ha amamantado antes a un bebé sin problemas, porque cada posparto y cada niño es único y pueden aparecer situaciones que no ocurrieron con el anterior hijo. Además, los problemas de la lactancia son más frecuentes tras una cesárea porque la madre tiene más dificultades para dar el pecho en una postura adecuada. Pero hay trucos para dar el pecho tras una cesárea, te lo cuento en Posturas para dar el pecho tras una cesárea. Sé de lo que hablo porque he pasado por tres cesáreas (y tres lactancias).
Para que la lactancia materna se desarrolle sin problemas es esencial empezar bien, en el mismo paritorio y mantener una buena postura al dar el pecho.
Los problemas de la lactancia y sus soluciones
1 Ingurgitación mamaria
La ingurgitación o retención de leche materna se produce cuando la leche se acumula porque no la toma no es eficaz y esto ocurre por no adoptar una buena postura al dar el pecho o mantener un enganche inadecuado. Si el niño no succiona bien y no mama lo suficiente, llega un momento en el que se cansa (sin estar saciado) y deja el pecho, por lo que la leche se acumula. Las principales causas del abandono de la lactancia materna exclusiva son «tener poca leche» (una percepción subjetiva) o que el bebé no engorde lo suficiente (porque no está mamando bien).
Si se pone al recién nacido al pecho en el mismo paritorio, hay muchas madres que ni siquiera notan la subida de la leche.
Cómo aliviar la ingurgitación
Lo primero que hay que hacer es comprobar la postura al dar el pecho y corregirla para que el bebé mame bien y vacíe bien el pecho, si es necesario con un experto en lactancia (pediatra, enfermera, grupo de lactancia).
Hay una postura que ayuda a a vaciar el pecho cuando está muy hinchado,: la postura del balón rugby: sentada en un sofá, tumba al bebé, sobre una almohada, boca arriba a tu lado con las piernas paralelas a tu cuerpo.
Si hay mucha ingurgitación, puede venir bien sacarse la leche (mejor con la mano) después de las tomas. Las molestias se alivian aplicando calor entre tomas.
2 Conducto bloqueado
Si el pecho no se vacía bien durante un tiempo, puede terminar por aparecer una obstrucción mamaria, que provoca un bulto doloroso en el pecho, caliente y rojo.
Cómo aliviar el dolor por el conducto bloqueado
El conducto bloqueado se trata dando de mamar al bebé a menudo, sacándose la leche después de las tomas y aplicando calor entre tomas y masajes en la zona afectada desde la parte más alejada del pezón hacia el centro.
3 Mastitis
La ingurgitación o conducto bloqueado no tratado pueden provocar una inflamación del pecho o mastitis La mastitis puede ser solo inflamatoria o infecciosa y puede resultar muy dolorosa y provocar pinchazos.
La mastitis infecciosa puede causar síntomas parecidos a los de la gripe o incluso fiebre.
Cómo aliviar la mastitis
Como la ingurgitación y el conducto bloqueado, la mastitis se alivia vaciando el pecho a menudo y aplicando calor en el pecho y masajes antes de las tomas. Pero si no mejora, hay que consultar con un médico por si es necesario tomar antiinflamatorios y tratarla con antibióticos.
4 Grietas en el pezón
Las grietas en el pezón (pequeñas heridas dolorosas que pueden llegar a sangrar) aparecen cuando el bebé no se engancha bien al pezón y succiona de una forma inadecuada, por ejemplo porque está muy separado y solo se engancha al pezón y no coge la areola. Si el niño no coloca bien los labios en el pezón y no obtiene suficiente leche, se queda mucho tiempo enganchado al pecho. La mala succión puede acabar provocando dolorosas grietas en el pezón, que dificultarán aún más la lactancia.
Para evitar que el bebé se confunda al succionar, hasta que no se haya establecido bien la lactancia materna, se desaconseja ofrecer al bebé cualquier tipo de tetina, chupetes o biberones, ya que la forma de succionar estos objetos es diferente a la del pezón.
El bebé no debe mamar chupando, sino apretando bajo el pecho con la lengua. Hay que asegurarse de que tiene la boca muy abierta con el pecho bien metido hasta el fondo, y el labio inferior separado del pezón, de forma que le queda suficiente espacio para colocar la lengua. No se debe ver el pezón ni la mayor parte de areola mamaria.
Cómo tratar la grietas en el pezón
Además de corregir la postura, puede ser necesario consultar con un profesional experto, como la matrona del centro de salud para que valore el estado de la herida y el tratamiento a seguir y si conviene seguir dando el pecho con el pezón que tiene la grieta o es mejor esperar unos días hasta que se cure.. La matrona puede recomendar una pomada de lanolina compatible con la lactancia antes de las tomas, sacarse la leche para dársela al niño con una cucharita, jeringa o vasito y también si es necesario tomar un analgésico.
Para ayudar a que se cure la herida, es útil dejar el pecho al aire (para que se seque) y untar el pezón y la areola con la propia leche antes y después de las tomas pues la leche materna tiene efectos cicatrizantes.
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