Los tics en los niños son relativamente frecuentes, pero, lógicamente, causan preocupación en los padres. Según un documento de la Asociación Española de Pediatría “ Se estima que entre un 10 y un 20% de la niños experimentan tics en la edad escolar, aunque la mayoría de ellos remiten en un año».

El 99% de los tics suelen aparecer antes de los 15 años, y aunque a veces se dan en niños de entre 3 y 4 años, la mayoría se manifiestan entre los 5 y 8 años. Además, en líneas generales, tienen mayor prevalencia en los varones, con una proporción de 3 casos de niños frente a 1 de niñas.

Qué son los tics y por qué se producen

Los tics son movimientos repentinos, rápidos, repetitivos e involuntarios, en los músculos de los brazos, piernas, cara, etc. Según explican desde el Servicio de Pediatría del Departamento de Salud de Manises, a pesar de que no se conocen las causas de los tics primarios, se piensa los factores genéticos pueden influir. Por ejemplo, los antecedentes familiares de tics pueden ser un factor de riesgo, que hay que vigilar

Por otro lado, se sabe que los factores emocionales, como el nerviosismo del niño, su estrés, concentración e incluso la alegría, pueden influir en la mayor presencia de tics. Por ello, la doctora Laura Cuesta del Servicio de Pediatría del Departamento de Salud de Manises  explica que “hay que intentar no regañar  al niño por sus tics, ni mostrarles nuestra preocupación cuando realiza estos movimientos repetitivos e involuntarios”.

En algunos casos, los tics están relacionados con otros trastornos, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno del espectro autista (TEA) y el trastorno negativista desafiante y, sobre todo, como el  trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Por ello, es importante estar alerta a la presencia de otros síntomas que pueden indicar alguno de estos trastornos.

No obstante, la doctora Laura Cuesta explica que «al ser los tics una patología relativamente común entre los menores de edad, no deben generar especial preocupación entre los padres, aunque sí que adquieren relevancia cuando ocurren muchas veces al día o interfieren en la vida diaria del niño.

Si bien, no está de más consultar la aparición de los tics con el pediatra, la experta aconseja explica que es imprescindible hacerlo cuando los tics motores resultan invalidantes, es decir, si empiezan a ocasionar problemas al niño o su entorno y también, claro está, si se sospecha que puede existir un trastorno asociado.

No obstante la especialista recalca que «en la mayoría de los casos los tics son transitorios y y desaparecen con el tiempo”.

Cómo se tratan los tics en los niños

  • Muchas veces, recibir una correcta información sobre los tics y un seguimiento evolutivo del pediatra pueden ser suficientes para superar los tics en los niños
  • En el caso de que los tics resulten invalidantes se puede un tratamiento farmacológico para eliminarlo, junto con una terapia psicológica a base de técnicas cognitivo-conductuales.
  • Cuando el tic está asociado a otro trastorno, el tratamiento de dicho trastorno  puede favorecer a que remita el tic.

 

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