En los días que siguen al parto muchas madres, sobre todo las maprimerizas, sufren una pequeña depresión, a causa del bajón hormonal y los cambios que ocasiona la llegada del bebé. Aunque esta tristeza posparto es diferente de la verdadera depresión posparto, que se prolonga en el tiempo y requiere tratamiento psicólogico y afortunadamente afecta a muchas menos mujeres, es habitual que se denomine incorrectamente depresión posparto a la tristeza posparto temporal. De ahí las comillas en el título Prevenir la «depresión posparto».
Los días que siguen al parto y en general el primer mes de vida del bebé son bastante caóticos: el bebé no tiene horarios, la madre está agotada tras el esfuerzo del parto y cansada por la falta de sueño, las visitas continuas y si es primeriza; la inexperiencia..
Los cambios de humor hormonales después del parto no se pueden evitar, pero el abatimiento que sienten muchas madres recientes cuando llegan a casa, sí se pueden prevenir, o al menos aliviar, teniendo expectativas realistas sobre lo que significa cuidar de un recién nacido: al principio el bebé absorberá la mayor parte de tu tiempo, no te dejará dormir y estarás cansada, así que tendrás que cuidarte tanto como en el embarazo.
No te agobies, algunas madres no lo viven así, además a partir del segundo parto suele resultar mucho más fácil (y si hay un tercero, va todo rodado…) y, en cualquier caso, es una etapa corta y pasajera que se compensa con el amor que te da tu bebé.
Ideas para prevenir la tristeza posparto
Para estar mejor preparada para todos los cambios que supone tener un bebé:
1. Haz un curso de preparación a la maternidad
Cuando la embarazada sabe qué puede ocurrir después del parto asume mejor a los cambios de ánimo. En los cursos de preparación a la maternidad, la matrona explica todos los cambios físicos y psíquicos que se producen en el embarazo y en el posparto. Tienes más información en el post Los cambios del posparto.
2. Establece prioridades
Por primera vez en su vida, muchas mujeres sienten que ya no pueden con todo. Así que hay que priorizar, dejar cosas sin hacer y hacer el resto cómo se pueda.
El recién nacido no sigue un ritmo, al principio muchos bebés ni siquiera distinguen día y noche, y ahora lo primero es satisfacer sus necesidades y establecer la lactancia materna. La ducha, la casa, las visitas, las compras, las respuestas a todos los mensajes y felicitaciones… pueden esperar. Poco a poco te irás organizando mejor.
3. No pretendas hacerlo todo bien
Es imposible hacer todo bien, y más ahora que el recién nacido reclama la mayor parte de tu tiempo. Si te empeñas, acabarás tan agobiada que terminarás por no poder hacer nada.
No te compares con otras madres que parecen hacerlo todo fenomenal, no es real. Tú eres única para tu hijo y eres la madre que él necesita.
Todos los padres cometeos fallos y tú no vas a ser una excepción. Estás aprendiendo a ser madre y todo es nuevo. Tu hijo necesita una madre tranquila y feliz, no perfecta
4. Descansa en cuanto puedas
La falta de sueño agota (el propio cansancio puede provocar insomnio). Si no puedes dormir cuando lo hace tu bebé, intenta al menos descansar un poco o hacer algo que te relaje, en lugar de aprovechar ese tiempo libre para hacer cosas de casa u ordenar papeles.
Los recién nacidos lloran menos cuando sus madres están relajadas. Y está comprobado que las madres que son capaces de recuperar el sueño perdido tienen menos riesgo de sufrir altibajos anímicos e incluso depresión.
5. Pide ayuda y comparte los cuidados del bebé
Tú sola no puedes hacer todo. El padre puede y debe participar plenamente en el cuidado del bebé desde el primer día. Aunque no coja al bebé con la misma soltura que tú, o le coloque el pañal más holgado de la cuenta, lo hace con el mismo amor que tú y enseguida aprenderá. Déjale hacer y no pretendas hacerte la fuerza, tienes que recuperarte del parto y necesitas ayuda. No tengas reparo en pedir que te echen una mano.
6. Si es necesario, limita las visitas.
Vienen a casa con la mejor de las intenciones, están deseando conocer al bebé y felicitar a los padres. Pero las visitas alteran la lactancia y pueden resultar agotadoras y ruidosas y terminan por alterar al recién nacido y entorpecer las tomas. Hasta que coja el tranquillo, la madre puede sentirse más cómoda dando el pecho en privado y hay que respetarlo.
7. Tiempo solo para ti (sin sentir culpa)
En cuanto te encuentres un poco mejor, es aconsejable que busques hueco en el día para hacer algo que te guste o para compartir un rato con amigas. Por ejemplo. puedes salir a comprarte algo de ropa nueva (es probable que todavía no te valga la de antes del embarazo y la que utilizabas hasta hace poco te quede enorme).
Si no quieres separarte del bebé, puedes apuntarte a un grupo de madres de posparto (en los centros de salud suele haber clases de recuperación posparto y masajes para el bebé) o a una actividad deportiva en la que se admitan niños como el Pilates con bebés.
El ejercicio libera endorfinas (tranquilizantes naturales del organismo) y además, ayuda a recuperar la figura tras el embarazo.
Además, en estos cursos puedes conocer a otras madres recientes, ellas mejor que nadie entenderán cómo te sientas. Ante todo, evita quedarte en casa en pijama o chandall.
8. Habla de lo que sientes
Comparte tus miedos con tu pareja, tu madre (ella también tuvo que cuidar de un recién nacido), tus hermanas o amigas. Es cierto que ser madre es una experiencia maravillosa, pero hay etapas. La visión idealizada de la maternidad que existe en nuestra sociedad, a veces impide que muchas mujeres se atrevan a expresar sus sentimientos con sinceridad.
9. Come bien
No es momento de pensar en perder los kilos que has ganado en el embarazo. Con el parto, sobre todo si ha sido por cesárea se suele perder mucha sangre, y en el posparto es habitual sufrir anemia. La anemia provoca cansancio y el cansancio aumenta el riesgo de sufrir alteraciones psicológicas y también depresión posparto. Además, la lactancia materna supone un importante desgaste físico. De hecho, ayuda a adelgazar.
10. Fuera sentimientos de culpa
Es normal que te sientas abrumada y angustiada a veces y te preguntes cómo puedes estar triste ahora que deberías ser tan feliz… Te aconsejo leer el post Tristeza posparto, hay una razón.
Ya sabes que parte de la culpa es de las hormonas del posparto y el cansancio y la incertidumbre ante todos los cambios que se han producido de golpe. No te sientas culpable por ello. Los primeros meses del bebé son bonitos, pero también pueden ser difíciles. Afortunadamente, duran poco y lo mejor está por venir.
Date tiempo , aunque no lo creas esta etapa de estrés y miedos pasará y disfrutaras mucho de tu bebé. Tener a tu hijo, es lo mejor has podido hacer en tu vida.
Photo by Krisztina.Konczos
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¡Muchas gracias por recomendar mi libro bonita!
Consejos ideales y una información muy práctica para atajar y comprender mejor este fenómeno que cada día es más visible.
Muchas gracias por esta magnífica contribución.
Un abrazo Marta!
Gracias! , la llegada de un hijo, por mucho que lo deseemos, es un cambio tan tremendo que es importante estar lo más preparados posible