El 6 de marzo es el Día internacional del linfedema, una enfermedad que afecta sobre todo a las mujeres.

El linfedema es una inflamación que se produce cuando se acumula líquido linfático entre los tejidos (justo debajo de la piel) porque el sistema linfático está dañado o bloqueado. El linfedema suele producirse en los brazos o las piernas y es habitual en las personas que han sufrido un cáncer y la extirpación de ganglios linfáticos.

El sistema linfático está formado por una red de vasos linfáticos, que transportan un líquido llamado linfa por todo el cuerpo (lo recogen de los tejidos corporales y lo llevan a la sangre) y por numerosos ganglios linfáticos repartidos por todo el cuerpo, que filtran la linfa.

Según explica la guía «Linfedema, Prevención y tratamiento», de la Asociación Española Contra el Cancer (AECC): «el agua, las proteínas y otras sustancias se filtran continuamente de los capilares sanguíneos a los tejidos corporales. Si el sistema linfático no recogiera el líquido este se acumularía en los tejidos corporales y estos se hincharían.  Además, el sistema linfático protege al cuerpo de las infecciones porque los ganglios contienen linfocitos, un tipo de glóbulo blanco que produce anticuerpos que combaten a los gérmenes.

Por qué aparece el linfedema

La posibilidad de que aparezca un linfedema después de un tratamiento contra el cáncer depende del número de ganglios linfáticos que se hayan extirpado y de cómo haya afectado el tratamiento oncológico (por ejemplo, radioterapia) a los ganglios.

Según se explica en la Guía de la AECC, en general, el linfedema afecta sobre todo a las personas que han recibido tratamiento para cáncer de mama, melanoma y cánceres genitourinarios (en vías urinarias, cérvix, vejiga, riñones, próstata, testículos, etc.), y  con menor frecuencia en otras partes del cuerpo, como la cabeza y el cuello.

El linfedema en un brazo es bastante frecuente tras un cáncer de mama. Según datos del Colegio General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CPFCM), el 30% de las casi 11.000  españolas que se realizan cada año a una mastectomía, sufren después un linfedema,

Los linfedemas también pueden aparecer por infecciones en los ganglios y afecciones hereditarias en las que los ganglios linfáticos o los vasos linfáticos no se desarrollan normalmente

El calor excesivo en la zona en riesgo, los sobreesfuerzos, la obesidad y las heridas e infecciones de la piel son factores añadidos que aumentan el riesgo.

Síntomas del linfedema

La acumulación de líquido produce hinchazón, pesadez, dolor e incluso alteraciones sensitivas en la extremidad afectada

Además, la dificultad para de eliminar la linfa aumenta el riesgo de infección (linfangitis). Los síntomas de infección son el enrojecimiento de la piel, el dolor intenso en la extremidad infectada, la fiebre o la inflamación repentina. Si ocurre, es importante acudir a un centro de salud para recibir asistencia médica.

Cuidados para prevenir el linfedema

El linfedema puede aparecer después de la cirugía que elimina los ganglios, o desarrollarse de manera gradual a los meses o años de la intervención. Por ello, es fundamental cuidar mucho la extremidad afectada por la pérdida de ganglios linfáticos para prevenir el linfedema o que vaya más.

En la guía Linfedema, Prevención y tratamientos se describen algunos ejercicios que ayudan a drenar la prevenir el linfedema en brazos y piernas

Además, se recomienda evitar en la extremidad afectada por la retirada o el daño en los ganglios:

  • Las extracciones de sangre y cualquier tipo de pinchazo o inyección y la toma de tensión arterial en la extremidad afectada (si es un brazo)
  • El exceso de calor (saunas, agua muy caliente).
  • El uso de ropa apretada o de accesorios (joyas, bisutería, etc) que aprieten
  • Acciones que podrían provocar una infección como cortarse las cutículas, arrancarse los padrastros y usar uñas postizas.
  • Las mordeduras y arañazos de los animales (si ocurren conviene acudir al médico cuanto antes).
  • Cargar peso en la extremidad afectada (si es el brazo)

Además, la AECC aconseja:

  • Realiza actividad física suave con regularidad: (andar, nadar, pasear en bicicleta…). Si el linfedema es en las piernas, hay que tener cuidado con la resistencia.
  • Seguir una dieta rica en frutas y verduras y baja en sal y grasas.
  • Usar jabones neutros e hidratar la extremidad en riesgo con crema hidratante a diario sin alcohol ni perfume.
  • Extremar las precauciones al usar aparatos que emitan calor (horno, plancha, ¡etc.).
  • No usar cera caliente ni cuchillas para depilarse (sí se puede usar la maquinilla eléctrica).
  • Usar cortaúñas y limas, en lugar de tijeras para cortar las uñas.
  • Usar guantes cuando se usen utensilios cortantes y dedal para coser.
  • Lavar con agua y jabón las heridas y desinfectarlas rápidamente

Tratamiento del linfedema: los hábitos de vida saludables son fundamentales

Al ser una patología incapacitante y crónica, el linfedema necesita cuidados sanitarios y médicos muy constantes para evitar que empeore

Según explica la Dra. Vicenta Pujol, responsable de la Unidad de Linfedema del Hospital Universitario Vall d’Hebron “en el tratamiento del linfedema, el paciente adquiere un rol activo. porque la adopción de hábitos de vida saludable es clave para controlar mejor la patología”.

El tratamiento del linfedema  engloba medidas de higiene y prevención, los ejercicios de prevención mencionados, drenaje manual linfático y medidas de compresión como los vendajes multicapa y las medias y manguitos de compresión, que hay que renovar periódicamente (cada seis meses – un año)

La Seguridad social cubre el gasto de los manguitos y las medias de compresión. La solicitud se debe realizar antes de la compra presentando el informe del médico que prescribe la media o el manguito. Se puede ampliar información en la Oficina de Atención al Paciente del hospital de referencia.

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