Según un estudio de la OMS, en 2020  13,4 millones de bebés vinieron al mundo en un parto prematuro (antes de la semana 37 de embarazo) y casi un millón de ellos  fallecieron por complicaciones, lo que equivale a casi uno de cada 10 bebés nacidos prematuramente.

El estudio “Nacidos demasiado pronto: decenio de acción sobre el parto prematuro”, que ha sido elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en colaboración con, la Alianza mundial en favor de las mujeres, los niños y los adolescentes PMNCH analiza la evolución de los partos prematuros a nivel global y regional y las probabilidades de supervivencia de los bebés prematuros dependiendo del lugar de nacimiento, los ingresos familiares y la raza del bebé.

Además, también incluye recomendaciones para mitigar los riesgos del parto prematuro y mejorar la atención a mujeres y recién nacidos.

El lugar donde nace un prematuro determina su evolución

Según se desprende del informa en muchos casos, el lugar donde nace un bebé prematuro determina si sobrevive. En este sentido, sólo uno de cada 10 bebés extremadamente prematuros (nacido antes de la semana 28 de embarazo) sobrevive en los países de renta baja, frente a más de nueve de cada 10 en los países de renta alta.

Así, el sur de Asia y el África subsahariana registran las tasas más elevadas de nacimientos prematuros (juntas suponen más del 65% de los nacimientos prematuros del mundo) y los bebés que nacen prematuros en estas regiones tienen el mayor riesgo de mortalidad.

El objetivo del estudio, que parte de un estudio publicado en 2012, incluye datos actualizados de la última década, elaborados en colaboración con la Facultad de Higiene y Medicina Tropical de Londres,  es dar la voz de alarma sobre la emergencia silenciosa del parto prematuro que está impidiendo avanzar en la mejora de la salud y la supervivencia de los niños.

El estudio constata que las tasas de nacimientos prematuros no ha cambiado en ninguna región del mundo en la última década, con 152 millones de bebés vulnerables nacidos demasiado pronto entre 2010 y 2020.

En la actualidad, el parto prematuro es la principal causa de mortalidad infantil en el mundo, y representa una de cada cinco muertes de niños antes de su quinto cumpleaños. Además, el parto prematuro puede tener consecuencias para la salud durante toda la vida y supone una mayor probabilidad de discapacidad y retrasos en el desarrollo.

El informe también indaga sobre los efectos de las crisis humanitarias, el cambio climático y los daños medioambientales y la Covid 19 y el aumento del coste de la vida en el parto prematuro. Así, uno de cada 10 bebés prematuros nace en los 10 países más frágiles afectados por crisis humanitaria y  se calcula que la contaminación atmosférica contribuye a seis millones de nacimientos prematuros al año.

Los riesgos para la salud materna, como el embarazo en la adolescencia y la preeclampsia, un trastorno caracterizado por la presión arterial alta, están estrechamente relacionados con los nacimientos prematuros.

A la vista de los resultados de este informe, coincidiendo con la Conferencia Internacional sobre la Salud de la Madre y el Recién Nacido celebrada en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, del 8 al 11 de mayo, la OMS ha pedido que se tomen para mejorar la atención a las mujeres y los recién nacidos y mitigar los riesgos de los nacimientos de bebés prematuros.

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