Las intoxicaciones alimenticias no ocurren solo por tomar alimentos en mal estado fuera de casa, también hay que cuidar lo que cocinamos y comemos en casa, porque el calor deteriora más las comidas.

La Organización de Consumidores y usuarios (OCU) recuerda que, en verano las temperaturas elevadas  propician el crecimiento de microorganismos en los alimentos y que con el calor, la cadena del frío se puede romper más fácilmente, lo que hace que los alimentos se estropeen con más rapidez.

Por ello, además de no consumir los alimentos en los bares que exponen el género en la barra sin ninguna protección (porque así hay más probabilidades de que los alimentos se contaminen con gérmenes y bacterias, como la salmonelosis), conviene tener estas algunas precauciones en casa.

Consejos para prevenir intoxicaciones alimenticias

    • El Colegio Profesional de Dietistas y Nutricionistas de Madrid (CODINMA) aconseja evitar las salsas derivadas del huevo (mayonesa, salsa tártara, salsa rosa…) y sustituirlas por aceite de oliva para aliñar los platos y otros ingredientes como zumo de limón, vinagre, mostaza…Si se preparara alguna salsa, se aconseja hacerla justo antes de consumirla ya que con el calor se pueden deteriorar y contaminar más fácilmente.
    • Lavar bien todos los utensilios de cocina después de cada uso y utilizar papel de cocina en lugar de una bayeta.
    • Lavar bien las verduras y hortalizas con un chorro de agua y consumir la fruta pelada. Si no se consume, la OCu aconseja mantenerla refrigerada.
    • Cocinar bien los alimentos para prevenir la listeriosis y cuajar bien las tortillas, para prevenir la salmonelosis.
    • Si los alimentos no se van a consumir en breve, hay que meterlos en la nevera o congelador. La OCU explica que después de cocinar, se debe refrigerar la comida cuanto antes, porque si se deja a temperatura ambiente crecen las bacterias.
    • Si se van a consumir en breve, conviene dejarlos tapados para que no los contaminen los insectos.
    • Recalentar solo la parte que se va a consumir de las comidas ya cocinadas, para no recalentar una y otra vez. Puedes ampliar información en este articulo con consejos para comer en la oficina en verano
    • Lavarse siempre las manos antes de dar de comer a los niños y después de cambiar el pañal o de ir al servicio. Y acostumbrar a los niños a que se laven las manos también cuando vengan de fuera y antes de comer
    • Si el bebé toma leche artificial, preparar el biberón justo antes de dárselo y no guardar lo que sobre. La leche caliente se contamina fácilmente.
  • En los viajes, hay que tener mucho cuidado con el agua que se toma. En caso de duda, lo más seguro es comprar agua mineral y usarla también para hacer cubitos de hielo.

El peligro de cortar la diarrea

Cuando se produce una diarrea hay quien busca rápidamente remedios para cortarla, pero los médicos desaconsejan estas soluciones. La diarrea es una defensa que utiliza el intestino para hacer frente a las infecciones que están provocadas por bacterias o  virus.

Además, la Organización Mundial de la Salud desaconseja usar sueros caseros, a base de bicarbonato y limón, porque su eficacia no siempre es la adecuada, pues es difícil ajustar las cantidades, y aconseja útil el suero oral de farmacia, bebido en pequeñas cantidades  para evitar que el organismo lo rechace.

Mientras dure la diarrea, los médicos aconsejan una alimentación normal, y equilibrada, en cuanto sea posible, dependiendo del apetito, en lugar de prolongar una dieta astringente durante días. Lógicamente  hay que evitar la comida que resulte pesada para la digestión.

Los bebés son más vulnerables que los adultos a los virus que provocan las diarreas porque su aparato digestivo es inmaduro.  Además, en ellos el riesgo de deshidratación es mayor. Hay que ofrecerles pecho a demanda y si lo requieren también agua… pero sin forzar y si no mejora llevarle al pediatra, por precaución.

Ante una intoxicación, conviene consultar al médico

La intoxicación alimenticia es  un proceso serio que puede necesitar atención médica para frenar la deshidratación. La intoxicación más habitual es la salmonelosis. Está causada por la salmonella, una bacteria que puede estar presente en determinados alimentos como la carne de ternera o de aves de corral o los huevos  cuando no están lo suficientemente cocinados, y que provoca alteraciones en el aparato digestivo. El calor favorece su desarrollo o multiplicación. Por eso es más común en verano.

Para prevenirla es fundamental cocinar muy bien los alimentos y cuajar muy bien las tortillas.

Los síntomas se presentan a las pocas horas de la comida con dolores abdominales, nauseas, vómitos, fiebre y diarrea.

La salmonelosis es contagiosa, por lo que si un miembro de la familia la sufre, es importante extremar las precauciones de higiene y si se trata de un bebé usar guantes para cambiarle el pañal y lavarle.

Los niños, y en especial los lactantes, son los más proclives a enfermar de salmonelosis. Si las nauseas y diarrea no remiten hay que ir al médico. Los niños, y sobre todo los bebés, se deshidratan rápidamente.

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