Aunque las revisiones del embarazo cambian un poco de unas comunidades autónomas a otras, hay una serie de pruebas en el embarazo que se hacen a todas las embarazadas: análisis de sangre y orina, ecografías, test de O Sullivan, exudado vaginal, etc.. Explicamos cuándo y cómo se hacen

Como mínimo, a lo largo del embarazo se realizan tres analíticas de sangre y orina y tres ecografías, una en cada trimestre.

Los análisis de sangre en el embarazo

La primera analítica se realiza en cuanto se conoce el embarazo para valorar  el estado general de salud de la futura madre ( niveles de glucosa, tiroides, etc.), comprobar la inmunización frente a las infecciones que pueden resultar peligrosas en el embarazo (rubéola, toxoplasmosis) y descartar la existencia de infecciones que pueden suponer un riesgo en el embarazo (hepatitis B y C, VIH, Sífilis, Citomegalovirus ). En las demás analíticas se vuelve a valorar el estado de salud de la embarazada y dependiendo de los resultados de las anteriores, la inmunización frente a infecciones. En  la analítica del tercer trimestre se valora también si se puede poner la analgesia epidural.

Test de O Sullivan

Además, hacia la semana 24 de embarazo se  hace una prueba especial para conocer la concentración de azúcar en  sangre. La embarazada se toma un preparado con 50 gramos de glucosa  y a continuación se realiza una análisis de sangre para valorar la reacción del cuerpo ante el  azúcar. Si sale un nivel alto, se realiza otra prueba más larga, con una sobrecarga oral de glucosa, para descartar o detectar . una diabetes gestacional.

Test de Coombs

Si el grupo sanguíneo de la embarazada es Rh negativo y el del padre es RH positivo, se realiza un análisis de sangre especial (test de Coombs indirecto) para comprobar que la futura madre no tiene anticuerpos que podrían dañar al feto. Además, para mayor seguridad,  en la semana 28 de embarazo se administra a la embarazada una gammaglobulina con el objetivo de prevenir una incompatibilidad sanguínea por si el bebé que viene en camino fuera Rh positivo. Tienes más información en el artículo embarazada con Rh negativo: riesgos y prevención.

Las ecografías del embarazo

La primera  ecografía se hace entre las semanas 11 y 14 del embarazo y suele ser vaginal. En esta ecografía se comprueba la posición de la placenta, si hay más de un bebé y su tamaño. Es una ecografía muy importante porque se mide la traslucencia nucal del feto (un pliegue que hay detrás de la nuca) para detectar el riesgo de anomalías cromosómicas y decidir si conviene realizar un test de adn fetal en sangre materna u otras pruebas más  invasivas (como la amniocentesis) para descartar o confirmar las anomalías. Puedes ampliar información sobre el test de adn fetal en el artículo sobre el diagnóstico prenatal no invasivo.

La segunda ecografía se suele hacer en la mitad del embarazo, hacia la semana 20 de embarazo. En esta ecografía se vuelve a mirar la posición de la placenta y el tamaño y el peso del feto y se comprueba si hay suficiente líquido amniótico. En esta ecografía se revisan todos los órganos del feto para descartar posibles malformaciones. Además, si la posición del feto lo permite, se puede descubrir el sexo del bebé (si no se ha sabido antes por una prueba de diagnóstico fetal)

La tercera ecografía ser realiza entre las semanas 32-34ª de embarazo. Además de comprobar que el feto sigue creciendo bien y valorar su estado (movimientos, latido cardíaco), el estado de la placenta y la cantidad de líquido amniótico, se observa cómo está colocado el bebé para el parto.

Vacuna de la tosferina

Entre las la semanas 28 y 36 de embarazo, la embarazada puede vacunarse frente a la tosferina centro de salud. El  Ministerio de Sanidad aconseja a las embarazadas vacunarse de la tosferina para prevenir la enfermedad en el embarazo y en el recièn nacido.

Exudado vaginal

Cuando se acerca la fecha prevista delparto, en la semana 36-37 de embarazo, se realiza un exudado o cultivo vagino-rectal para descartar una infección en la vagina por una bacteria llamada Streptococo B agalactiae, que podría infectar al niño al atravesar el canal del parto. Si sale positiva,se pone antibiótico a la madre en el momento del parto.

Monitorización fetal

A partir de las semanas 39-40 de embarazo (dependiendo del protocolo médico del hospital) se suele realizar una monitorización semanal, con unos sensores que se colocan sobre la tripa de la embarazada,, para valorar el latido cardíaco del feto y la existencia de contracciones uterinas.

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