Aunque dar el pecho es un acto natural, también es algo nuevo para la madre y el bebé. Por ello, el inicio de la lactancia no siempre resulta fácil por numerosos factores:
- La madre suele estar cansada y dolorida por el parto y muchas veces no sabe cómo colocar al bebé al pecho y, sobre todo en caso de cesárea, lo hace de forma incorrecta para evitar que el pequeño le haga daño en la herida.
- Es habitual que el recién nacido se duerma succionando y muchas veces no sabemos si ha mamado lo suficiente.
- Aunque vienen con su mejor intención, las visitas distraen y entorpecen la lactancia materna. La madre necesita intimidad para aprender a dar el pecho y por eso los pediatras recomiendan limitar las visitas durante los primeros días.
Por todo ello, hasta que la lactancia se establece, es posible que surjan molestias y dificultades. Todas tienen fácil solución.
Ingurgitación mamaria
En los días que siguen al parto, es habitual que el pecho se hinche porque el bebé todavía mama muy poquito y la leche se acumula.
La ingurgitación se alivia aplicando calor húmedo antes de poner al bebé a mamar y frío entre las tomas. También se puede dar un masaje suave para ablandar la areola y el pezón.
Cuando el pecho se hincha, es conveniente poner al bebé al pecho a menudo para vaciarlo, y si es necesario sacarse la leche con la mano (mejor que con el sacaleches por si hubiera un conducto bloqueado).
Grietas en el pezón
Las grietas en el pezón son pequeñas heridas, dolorosas, que incluso pueden llegar a sangrar.
Suelen producirse porque el niño está mal colocado (demasiado separado, con la boca poco abierta, agarra solamente el pezón y no coge la areola..). Las grietas empiezan a mejorar en cuanto se corrige la postura y el enganche del niño.
Hasta que el bebé no se haya habituado a mamar, es muy importante no ofrecerle el chupete ni darle biberón, pues le pueden confundir en la forma de succionar que es diferente a la del pezón. Si hay que darle algún tipo de líquido, es mejor hacerlo con jeringa, vasito o cucharilla.
Cuando salen grietas en el pezón, conviene consultar con un profesional experto, por ejemplo la matrona del centro de salud.La grieta puede tardar unos días en curarse y hasta entonces las tomas pueden resultar dolorosas. Dependiendo de cada caso, la matrona puede recomendar una pomada de lanolina compatible con la lactancia antes de las tomas, el uso de pezoneras mientras la herida sea dolorosa, sacar la leche con un sacaleches y dársela al niño con una cucharita, jeringa o vasito o, si fuera necesario, algún tipo de analgésico.
Alivia dejar el pecho al aire el mayor tiempo posible (para que se seque) y untar el pezón y la areola con la propia leche materna antes y después de la toma.
Obstrucción mamaria o conducto bloqueado
Cuando el pecho no se vacía bien, se puede producir una obstrucción mamaria. El principal síntoma es un bulto doloroso en el pecho, caliente y rojo.
Como la ingurgitación mamaria, la obstrucción mamaria se soluciona poniendo al bebé a mamar a menudo y sacando la leche (mejor con la mano) después de las tomas.
También ayuda aplicar calor entre tomas y masajear la zona afectada desde la parte más alejada del pezón hacia el centro (es más efectivo si se hace en la ducha con agua caliente).
Mastitis
La mastitis es una inflamación del pecho, muchas veces consecuencia de una ingurgitación o de un conducto bloqueado no tratados. Puede ser solo inflamatoria o infecciosa.
Puede causar dolor, pinchazos, síntomas parecidos a los de la gripe o incluso fiebre.
Se alivia vaciando el pecho a menudo y con reposo, masajes y calor en el pecho antes de las tomas .
Si no mejora, hay que ir al médico por si fuera necesario tomar antiinflamatorios y tratarla con antibióticos.
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Esto es algo que ya se esta recomendando hace tiempo gracias por recordarnos estos pasos para una alimentación efectiva para nuestros R.N.