Con motivo del Día Internacional de la lucha contra los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), el 30 de noviembre, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), ha recordado la importancia del diagnóstico precoz para superar los trastornos de conducta alimentaria (TCA).

Que es un trastorno de conducta alimentaria

Un trastorno de conducta alimentaria es una enfermedad mental que se caracteriza porque la persona percibe su propio peso o su constitución física de forma alterada e incluso no es consciente de la gravedad del peso corporal bajo o de su pérdida.

Los tipos de TCA son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracones, y también hay trastornos alimentarios o de la ingestión de los alimentos, que normalmente se corresponden con formas incompletas o mixtas de los anteriores.

Los TCA afectan sobre todo al sexo femenino

En la actualidad, más de 95% de las personas que sufren algún trastorno de conducta alimentario son mujeres y, además, se calcula que entre el 0,3% y el 3% de la población femenina padece algún trastorno de este tipo a lo largo de su vida. El perfil más común es el de una adolescente con baja autoestima y alto grado de autoexigencia y perfeccionismo.

En abril de este año la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) lanzó una alerta por un  aumento de anorexia y la bulimia por la pandemia de Covid19 en niños y adolescentes a consecuencia del incremento del uso de las redes sociales, que en muchos casos fomentan la delgadez y la perfección inalcanzable y dan consejos para perder peso.

Según explican desde la SEEN, en la actualidad se identifican más casos porque hay mayor sensibilidad social hacia el problema por parte de los padres, profesores, entrenadores e incluso los propios compañeros de los afectados. Pero aún así, no hay que bajar la guardia y consultar con el médico si se detectan síntomas de un trastorno alimentario, como: preocupación constante por la comida, repentino interés por las recetas de cocina, cambio en los hábitos alimenticios, comportamientos raros al comer, dietas raras y drásticas, sentimiento de culpa por haber comido y por supuesto, pérdida excesiva o repentina de peso.

Un 70-80% de los afectados por TAC se curan

Además de los efectos que puedan tener ena salud, los TAC tienen importantes consecuencias en la vida de los afectados, pues según explica el  doctor Francisco Botella, médicos especialistas en Endocrinología y Nutrición y coordinador del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la desnutrición y los problemas psicológicos que ocasionan los trastornos alimenticios imposibilitan, en muchas ocasiones, las relaciones sociales y tienen también consecuencias a nivel académico y profesional. En palabras del endocrinólogo “El fracaso académico y el aislamiento social son, por desgracia, muy frecuentes. Los tratamientos para el manejo de los TCA son prolongados, ya que suelen superar los dos años y se estima un alto porcentaje de recaídas, aunque alrededor de un 70-80% de los afectados por TAC superan la enfermedad”

Entre las consecuencias que pueden tener los TAC para la salud están la desnutrición extrema, el déficit de nutrientes específicos (hierro, vitamina D, tiamina, zinc), las alteraciones hidroelectrolíticas (deshidratación, sobrecarga hídric, etc), a consecuencia de vómitos autoinducidos, abuso de laxantes y/o diuréticos y alteraciones hormonales como amenorrea (ausencia de regla), hipogonadismo (baja o nula producción de hormonas sexuales), hiperprolactinemia (excesiva producción de prolactina) , detención del crecimiento y el desarrollo de osteoporosis

Tratamiento de los trastornos de alimentación

Lo ideal es abordar los trastornos de alimentación en una unidad específica con un equipo multidisciplinar en el que haya endocrinólogos, profesionales de salud mental (psiquiatras/psicólogos), dietistas-nutricionistas, enfermeras especializadas y terapeutas ocupacionales.

El papel del endocrinólogo es fundamental porque en muchas ocasiones el tratamiento psicopatológico no puede realizarse hasta que se supera la desnutrición. Según explica el doctor Botella, “el endocrinólogo se ocupa de corregir la desnutrición con terapia médica nutricional, suplementar las deficiencias nutricionales , estudiar y tratar la función gonadal y la salud mineral ósea, corregir las alteraciones hidroelectrolíticas y evitar el síndrome de realimentación”.

Además, añade el experto “la terapia Médica Nutricional incluye el consejo dietético y la educación alimentaria de la paciente y su familia, y también el uso de nutrición artificial cuando sea necesario, siempre de forma consensuada con el resto del equipo y de forma progresiva, para evitar posibles complicaciones, como el síndrome de realimentación, en el proceso de renutrición”.

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