La membrana amniótica que envuelve al feto, conocida también como bolsa de aguas por el líquido amniótico que contiene, se puede romper antes de tiempo, por un golpe, una infección u otros motivos. El principal síntoma de la rotura de la bolsa de aguas es la salida de líquido amniótico por la vagina. Cómo este es un fluido desconocido por la embarazada no siempre es fácil saber que se pierde líquido amniótico, ya que se puede confundir con el flujo o la orina (que a veces se escapa de forma involuntaria en el embarazo a consecuencia de los cambios hormonales y la presión que sufre la vejiga). ¿Cómo distinguir el líquido amniótico del flujo o la orina?

El líquido amniótico puede salir de golpe o como un goteo intermitente

Cuando la bolsa amniótica se rompe por completo, el líquido amniótico sale de golpe. Este síntoma de parto es muy fácil de reconocer ya que suele resultar bastante escandaloso. No hay que asustarse, pero sí acudir al hospital cuanto antes, porque una vez que se rompe la bolsa, el feto queda desprotegido y expuesto a sufrir infecciones y en el hospital tomarán medidas para que esto no ocurra.

Pero la bolsa de aguas también puede rasgarse ligeramente (tener una fisura) y en este caso el líquido amniótico sale muy poquito a poco, como un goteo intermitente. Además, la cabeza del feto puede hacer de tapón y limitar la pérdida de líquido.

Normalmente la bolsa amniótica se rompe durante el proceso de parto, por la fuerza de las contracciones, pero a veces se rompe antes de la fecha prevista y puede ocasionar un parto prematuro.

Si la rotura es leve (hay una fisura en la bolsa), la pérdida de líquido es escasa y apenas se nota, y por eso es importante saber distinguirla. En cualquier caso, siempre que se pierda líquido amniótico, hay que acudir al hospital.

La falta de cantidad de líquido amniótico (oligohidramnios) puede ser peligrosa para el feto.Por ello, en todas las ecografías del embarazo  se valora el tamaño, latido y peso del feto, sus movimientos, la situación y el estado de la placenta y también, la cantidad de líquido amniótico. Cuando hay una fisura en la bolsa y el bebé no está suficientemente formado para provocar el parto, los médicos suelen recomendar a la embarazada guardar reposo.

Cómo distinguir el líquido amniótico del flujo o la orina

El embarazo cambia composición del flujo que además aumenta en cantaidad, y esto puede ocasionar que un momento dado, la embarazada tenga la duda de si lo que está expulsando por la vagina es líquido amniótico, flujo o pis.

Cuando se pierde líquido amniótico, muchas mujeres tienen una sensación parecida a la de hacerse pis (hay quien lo describe como «hacerse pis sin ganas»), y la ropa interior aparece mojada. Sin embargo, el líquido amniótico se diferencia fácilmente de la orina por el color y el olor, el líquido amniótico es transparente y además no huele. Pero, sin embargo no es tan fácil diferenciarlo del flujo vaginal.

El problemas es que el líquido amniótico es transparente y no huele y habitualmente, el flujo vaginal también debe ser transparente e inoloro. De hecho si el flujo si huele mal, produce picor o está más espeso o blanquecino o de color amarillento o verdoso, conviene consultarlo con el médico porque puede ser indicio de una infección.

Un truco para distinguir el líquido amniótico del flujo vaginal, que me contó hace años la matrona de atención primaria Gema Magdaleno, es colocar un paño de color oscuro dentro de la braguita y caminar o toser fuerte

Si lo que está expulsando por la vagina la embarazada es líquido amniótico, aparecerá una mancha más o menos grande de líquido (incoloro o blanquecino) en el paño y, en ese caso, hay que acudir al hospital para confirmar que es así y tomar las medidas oportunas.

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